Juan 21, 1-19
Las lecturas de hoy presentan la dinámica existente entre oración y acción, que no pueden estar desligadas una de la otra, sino que las dos se complementan.
Así� también en la vida del cristiano, la oración es la fuerza que hace posible la realización de los designios de Dios, que se expresan en la actua�ción del bien.
El signo de Marta y Marí�a
Después del enví�o de los discí�pulos y las ense�ñanzas e indicaciones que les impartió, Jesús entra en un ambiente de acogida familiar, propiciado por Marta y su hermana Marí�a. Este pasaje puede comprender�se a la luz de la acción y la oración, como elementos constitutivos del ser del cristiano. Por eso, las actitu�des de cada una de las hermanas de Betania expresa una simbologí�a... Marí�a representa la actitud de la ora�ción, propia de quien está a los pies del Maestro divino para escucharlo y aprender su enseñanza. Marta, por su parte, representa la acción, los quehaceres y los afanes de la vida, el servicio concreto a los hermanos. Ellas re�presentan la plenitud de la vocación cristiana.
Marí�a es�coge la mejor parte que es la de escuchar y contemplar a Jesús, y Marta se deja llevar por su afán de servicio, desaprovechando la presencia del Señor. La oración y la acción han de ser entendidas en forma complemen�taria, una de la otra y no en contraposición.
Ambas actitudes son necesarias en la vida cris�tiana: la contemplación y escucha del Maestro, junto al servicio generoso de los hermanos.
Como cristianos no debemos olvidar que la acción y la oración han de ir de la mano, ya que nos permiten leer e interpretar los sig�nos y la manifestación del Señor en el mundo.