La selección de baloncesto de Panamá dio ayer el segundo cachetazo panamericano a la de Estados Unidos al superarla por 75-67 con 23 puntos de Danilo Pinnock, cuyas bombas desde el perímetro destrozaron al equipo norteamericano.
El resultado devolvió a la vida en el torneo a Panamá y dejó al flojo equipo de Estados Unidos al borde del abismo.
Quizás por el respeto que imponía la altura de los internos de Estados Unidos, el equipo panameño abusó de los lanzamientos desde el perímetro en los primeros minutos.
Y lo que los de Vicente Duncan no concretaban a distancia sí lo hacía en el otro sector el base Drew Neitzel, cuya "mano caliente" le dio a su equipo siete puntos consecutivos (un triple y dos tiros de dos) que alejaron en el marcador a los estadounidenses.
Las ofensivas de Estados Unidos se limitaban casi exclusivamente a sacar la bola para que Neitzel o Shane Foster lanzaran a distancia.
Las ayudas panameñas para tapar a los tiradores no llegaban, por lo que los dirigidos por Jay Wright se fueron 15-19 en el tablero.
Panamá cambió el base y desde la dirección de Joel Muñoz y el empuje en la pintura de Dionisio Gómez llegó una reacción anímica que le permitió empatar a 33 al término de la primera etapa.
Los centroamericanos produjeron su mejor baloncesto en el tercer cuarto, que ganaron 24-11 con un Pinnock al que no le temblaba la mano a la hora de anotar.
Estados Unidos estaba confundido, no tenía presencia en ofensiva y los panameños, con una defensa durísima, se fueron al último cuarto en ventaja (57-54).
Pinnock siguió intratable en el último parcial y Panamá, que cuidó cada posesión como si fuera oro y que se fortaleció en el rebote defensivo, mantuvo las diferencias hasta el final.
