FARANDULA
Creen
Agencias Internacionales
Más de un centenar
de cantautores del rock y pop han confesado sus creencias y el sentido de
Dios y el más allá en sus canciones, en el libro "Anima
mia Rock Pop & Dios", cuyo denominador común es no ser indiferentes
al espíritu o a los valores humanos.
El libro, publicado estos días en Italia, recoge las entrevistas
del periodista Giampaolo Mattei a figuras de la canción como los
españoles Los del Río, la salvadoreña Inés De
Viaud o la cubana Gloria Estefan.
Clásicos como Cat Steven, Bob Dylan, Joan Baez o Stevie Wonder,
figuran también entre la amplia gama de artistas que se declaran
cristianos, budistas, musulmanes, hindúes, judíos, ateos,
agnósticos, o apasionados de las filosofías orientales o del"new
age".
Antonio Romero y Rafael Ruiz, "Los del Río", recuerdan
con alegría su participación en el concierto de Navidad en
el Vaticano y confiesan "haber salido mejores, diferentes, de aquella
experiencia. Hemos crecido en la fe y eso es lo que cuenta".
Si la Navidad romana marcó un hito en la vida de Los del Río,
también, y paradójicamente, dejó huellas en la vida
del cantautor estadounidense Cats Steven.
Su conversión al islam, en el que vive con el nombre de Yusuf
Islam, se remonta, según ha confesado a Mattei, "a la Navidad
de 1976, cuando mi hermano David me regaló un ejemplar del Corán,
que trajo de un viaje a Medio Oriente". "Yo era un joven con 30
años, fundamentalmente cristiano -recuerda Steven- aunque no practicante
pese a haber frecuentado una escuela católica. Además, mi
padre es greco-ortodoxo y mis relaciones con los turcos musulmanes no eran
ciertamente buenas, pero comencé a leer el Corán y quedé
fascinado". Desde entonces enseña el Corán en Londres.
Mirando al pasado y a sus canciones de amor, Steven las considera pequeñas
etapas de su camino hacia Dios, pero hoy "me encuentro en abierto enfrentamiento
a ellas. Hablaba de amor libre, concepto del que reniego, y si he vuelto
a grabar un disco, diecisiete años después, se debe a mi inspiración
en Mahoma".
No manifiesta ningún tipo de espíritu religioso, en cambio,
la cantante rock italiana Gianna Nannini, que opina que la religión,
"al menos la católica como me la han enseñado desde pequeña
me hace pensar sólo en algo que te quita la libertad".
"Me siento en cambio fascinada -revela- por la idea del chaman,
la posesión, tal vez porque algo parecido nos sucede a los cantantes,
que perdemos un poco el contacto con la tierra, con la realidad".
Más radical aún se manifiesta el grupo Liftiba, que quiere
quitarse el sambenito de rock satánico, pese a que uno de sus discos
se titula "El Diablo".
"No evocamos ningún demonio porque somos ateos", y alegan
que si hablan del demonio es por ironía hacia los que les critican.
Como "uno que cree" se define Bob Dylan: "Una vez he escrito
que Dios no es un recadero para las necesidades de los hombres, lo sigo
pensando aún, he hablado de fe en mis canciones. No tengo nada que
añadir, soy uno que cree".
La salvadoreña Inés de Viaud, una de cuyas canciones se
escuchó durante la firma de la paz en su país, recuerda que
su experiencia comenzó con un concierto en un hospital, cuando "un
capellán me pidió que continuara esa experiencia a favor de
los enfermos".
"La canción cristiana -explica De Viaud- puede ayudar a sanar
las heridas, a comprender mejor nuestros sufrimientos y mi pueblo ha experimentado
cuán importante es la fe cristiana para superar las tragedias del
mundo".
La cubana Gloria Estefan pretende que sus canciones sean "metáforas
de barreras y divisiones que caen", pues piensa que la música
"puede abrir nuevos caminos, tender nuevos puentes, descubrir lenguajes
que unen, no como la política o la religión que continúan
creando divisiones".
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Clásicos como Cat Steven, Bob Dylan, Joan Baez o Stevie Wonder,
figuran también entre la amplia gama de artistas que se declaran
cristianos, budistas, musulmanes, hindúes, judíos, ateos,
agnósticos, o apasionados de las filosofías orientales o del"new
age". |
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