EDITORIAL
El lado oscuro y turbio de la cara bonita de Panamá
La comunidad de Bella Vista
se ha visto estremecida por tres homicidios en una semana, los que no dejan
de preocupar a los moradores de ese progresista corregimiento.
Otra vez la escalada de violencia sacude a una barriada que resiente
la falta de vigilancia y la ausencia de luminarias en el sector. A pesar
de los esfuerzos del Representante Julio Crespo, definitivamente no se pueden
resolver todos los problemas si hay escasez de recursos y la solidaridad
de las autoridades de policía. Por lo tanto, se dificulta una buena
labor de profilaxis social para devolverle la tranquilidad de los asociados.
Es lamentable que esto esté ocurriendo en la otrora cara bonita
de la ciudad. Pero gran parte de culpa la tienen las autoridades complacientes
que han permitido que se sature de discotecas y otros negocios de dudosa
reputación en los que se desbocan las pasiones.
Sería conveniente que se hiciera una revisión de los permisos
y patentes otorgadas con anterioridad a fin de evaluar si llenan su cometido,
ya que nos llegan denuncias de los excesos en que incurren jóvenes
durante los fines de semana, a sabiendas de que no hay vigilancia policial
en estas áreas.
Bella Vista fue el mejor barrio y orgullo citadino. Todavía hay
hermosas residencias y familias decentes y honorables. Pero ya da miedo
salir en las noches, por lo que apelamos a la Policía Nacional a
redoblar la vigilancia porque Bella Vista merece y demanda esa seguridad.
En tiempos en que eran representantes del corregimiento Alberto Pons,
Mayín Correa y Nelly de Figueroa, Bella Vista no era así.
Pero se está empañando la "cara bonita" porque muchos
padres de familia tampoco cooperan con las autoridades y patrocinan y aplauden
la conducta indecorosa de sus vástagos. Para frenar la violencia
tiene que haber, pues, un trabajo en equipo que incluya el hogar, la familia
y las autoridades que tienen que mostrarse más enérgicas.
Hay que salvar y sanear a Bella Vista de la violencia armada. Los actuales
y antiguos residentes de Bella Vista no deben permitir que se manche el
nombre de un barrio donde se formaron familias históricas y respetables.
Ese debe ser un compromiso que deben adquirir quienes tienen querencias,
nostalgia, y que dejaron huellas en una comunidad que les seguirá
perteneciendo con sus recuerdos. Que no se repita lo del "casco viejo",
el primer asiento de las familias de "adentro" que fue abandonado
por la indiferencia y cayó en manos de muchos damnificados y precaristas
que no supieron apreciar el valor histórico de esa área. Todavía
hay tiempo. Las fuerzas vivas de Bella Vista pueden hacer algo. No dejen
solo al Representante.
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