Alguien envió una cadena por e-mail este fin de semana muy interesante. En ella hacía comparaciones sobre la vida laboral y la vida personal. En una de esas anotaciones, el experto señalaba que cuando una persona se excede en sus tiempos de trabajo podría ser por dos razones:
1.Porque el empleado muestra incapacidad para cumplir, en su tiempo estipulado, la tarea que le es encomendada.
2. Porque la compañía satura al empleado de tareas que jamás podrá cumplir.
En el primero de los casos, este tipo de trabajadores tienden a enviar mensajes a sus superiores al quedarse tarde en sus puestos. Ellos tratan de decir que son sacrificados y dan todo lo que tienen por la compañía y hasta se consideran inamovibles, pero lo que no saben es que son candidatos número uno al reemplazo.
Las personas que trabajan en exceso afectan su vida personal de miles formas. Ellos no han logrado comprender que en el trabajo son piezas que se pueden reemplazar por otra que haga el mismo trabajo, pero en casa son irremplazables. Forman parte de un todo que siempre está pendiente a la pieza que hace falta.
En el segundo de los casos, si es así, las empresas deben considerar y reorientar las cargas de trabajo para todos los miembros del equipo.
Ese e-mail, del cual les mencioné al inicio de este escrito, mencionaba que un chico encontró a su amigo que no había visto después de la graduación y le preguntó: �Cómo te va en el trabajo? Bien, respondió el joven. �Por qué bien?, preguntó el amigo. La respuesta fue "porque en esa empresa siempre se entra puntual para salir a la hora precisa y si te quedas tarde, tu jefe comienza a dudar de tí y te ofrece quitarte el trabajo. Las tareas que se asignan deben cumplirse en el horario, pues a la compañía le interesa que tengamos vida personal y ese tiempo inicia a las 6:00 p.m.".
Si usted es de esos que andan 'tecleando' dos horas después del horario normal, pregúntese qué tiempo le dedica a su esposa (o) e hijos. Ellos reclaman también que le dediquemos tiempos extras. �Piénselo bien!
