Martes 11 de agosto de 1998

 








 

 

EDITORIAL
Romería arnulfista

A
yer, 10 de agosto, se cumplieron diez años del fallecimiento repentino del doctor Arnulfo Arias Madrid, elevada cifra del quehacer político panameño que levantó banderas de dignidad nacionalista y decoro patriótico, que lo llevaron en tres ocasiones al solio presidencial.

Sus copartidarios, amigos y simpatizantes realizaron la tradicional romería a su tumba, en el Jardín de Paz, donde la eucaristía celebrada por párroco de la localidad, elevó preces por el alma del desaparecido, y el acto de recordatorio concitó el mejor pensamiento y la más sentida palabra de personeros representativos de las fuerzas partidarias.

El recuerdo del líder del Panameñismo, denominación de su doctrina política, reiteró aspectos de la obra constructiva que dio a Panamá mayoría de edad en las relaciones bilaterales con Estados Unidos, al elevar consideraciones de respeto soberano que impidiera asentar en Panamá emplazamientos militares foráneos más allá del tiempo de la Segunda Guerra Mundial.

La desaparición del caudillo nacionalista, el 10 de agosto de 1988, en Miami, produjo entonces temores crecientes, recelos, en quienes consideraron que las prédicas arnulfistas desaparecerían del panorama nacional; sin embargo, el desarrollo de los acontecimientos históricos permitieron a sus seguidores rehacer el fracturado movimiento partidario y alcanzar el mando nacional.

El legado enhiesto del recordado líder Arias Madrid predica la búsqueda de la plenitud soberana de la patria panameña, concebida en prosperidad, donde la dignificación del obrero, el campesino y los indígenas se traduzca en reales derechos y garantías, vigentes y respetadas.

La obra administrativa del Panameñismo en 1941, dejó el basamento institucional de la nueva república, a través de ciento tres leyes y una Constitución Política, que cortaron los vínculos umbilicales del tradicionalismo colombiano, subsistente en la república istmeña.

El Panameñismo introdujo medidas sociales de trascendencia; obra de su genialidad es el régimen de Seguro Social, concebido en las mejores directrices europeas, que debe proteger la salud y la vejez del panameño.

Ahora, las coyunturas políticas reclaman de los panameños civilistas, libres de compromisos subalternos, el cumplimiento de una cruzada unitaria que impida las pretenciones reeleccionistas, continuistas, del mando en el poder, para lo cual, los arnulfistas en la voz de sus oradores, pidieron ayer deponer aspiraciones pequeñas, superar los recelos y los resquemones personales, y en definitiva, consolidar las fuerzas que ganen el referéndum, afirmando los caminos democráticos que aseguren la alternabilidad de los cargos.

El llamado arnulfista debe servir de guía; de faro ductor y camino, para lograr los designios de la Patria Grande, soberana y libre que predicó el caudillo recordado.

 

 

 


 

AYER GRAFICO
Area del Mercado Público de San Felipe 4 años después de la separación de 1903.


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, promuevo actos obscenos.


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