EDITORIAL
Romería arnulfista
Ayer, 10 de agosto, se cumplieron
diez años del fallecimiento repentino del doctor Arnulfo Arias Madrid,
elevada cifra del quehacer político panameño que levantó
banderas de dignidad nacionalista y decoro patriótico, que lo llevaron
en tres ocasiones al solio presidencial.
Sus copartidarios, amigos y simpatizantes realizaron la tradicional romería
a su tumba, en el Jardín de Paz, donde la eucaristía celebrada
por párroco de la localidad, elevó preces por el alma del
desaparecido, y el acto de recordatorio concitó el mejor pensamiento
y la más sentida palabra de personeros representativos de las fuerzas
partidarias.
El recuerdo del líder del Panameñismo, denominación
de su doctrina política, reiteró aspectos de la obra constructiva
que dio a Panamá mayoría de edad en las relaciones bilaterales
con Estados Unidos, al elevar consideraciones de respeto soberano que impidiera
asentar en Panamá emplazamientos militares foráneos más
allá del tiempo de la Segunda Guerra Mundial.
La desaparición del caudillo nacionalista, el 10 de agosto de
1988, en Miami, produjo entonces temores crecientes, recelos, en quienes
consideraron que las prédicas arnulfistas desaparecerían del
panorama nacional; sin embargo, el desarrollo de los acontecimientos históricos
permitieron a sus seguidores rehacer el fracturado movimiento partidario
y alcanzar el mando nacional.
El legado enhiesto del recordado líder Arias Madrid predica la
búsqueda de la plenitud soberana de la patria panameña, concebida
en prosperidad, donde la dignificación del obrero, el campesino y
los indígenas se traduzca en reales derechos y garantías,
vigentes y respetadas.
La obra administrativa del Panameñismo en 1941, dejó el
basamento institucional de la nueva república, a través de
ciento tres leyes y una Constitución Política, que cortaron
los vínculos umbilicales del tradicionalismo colombiano, subsistente
en la república istmeña.
El Panameñismo introdujo medidas sociales de trascendencia; obra
de su genialidad es el régimen de Seguro Social, concebido en las
mejores directrices europeas, que debe proteger la salud y la vejez del
panameño.
Ahora, las coyunturas políticas reclaman de los panameños
civilistas, libres de compromisos subalternos, el cumplimiento de una cruzada
unitaria que impida las pretenciones reeleccionistas, continuistas, del
mando en el poder, para lo cual, los arnulfistas en la voz de sus oradores,
pidieron ayer deponer aspiraciones pequeñas, superar los recelos
y los resquemones personales, y en definitiva, consolidar las fuerzas que
ganen el referéndum, afirmando los caminos democráticos que
aseguren la alternabilidad de los cargos.
El llamado arnulfista debe servir de guía; de faro ductor y camino,
para lograr los designios de la Patria Grande, soberana y libre que predicó
el caudillo recordado.
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AYER GRAFICO |
Area del Mercado Público de San Felipe 4 años después
de la separación de 1903. |
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