Caía una pertinaz lluvia cuando una familia entera casi muere asesinada a tiros en la casa 547, ubicada en la Calle Corotú de Las Praderas de San Antonio, distrito de San Miguelito, cerca de las 8: 30 de la noche del domingo.
Mariolys Madrid González, de 32 años, falleció tras recibir 2 impactos de bala en el lado izquierdo del pecho mientras se encontraba junto a su esposo (Roberto Remy Gibson) y sus dos hijas (de 10 años y otra de 6 meses), en la recámara principal de su residencia.
Varios sujetos, sin mediar palabras, introdujeron las armas de fuego por la ventana del cuarto principal y dispararon sin contemplación contra los ocupantes.
Malherida, Mariolys fue trasladada junto al resto de su familia hasta el cuarto de urgencias de la Policlínica JJ Vallarino, ubicada en Juan Díaz, donde los galenos no pudieron hacer nada para salvarle la vida. La joven ingresó casi sin signos vitales.
A la señora Marcela Gibson, madre de Roberto, le sobrevino un paro cardiaco cuando le informaron lo que había sucedido, y también murió en la Policlínica de Juan Díaz, alrededor de los 00: 50 minutos de la madrugada de ayer, lunes.
Los proyectiles que fueron disparados por los malandrines, además de quitarle la vida a Mariolys, alcanzaron a Roberto en el glúteo izquierdo, y a la niña de 10 años en el tórax.
Roberto se mantiene recluido en el Hospital Santo Tomás. La menor fue operada y se encuentra en condición estable en el Hospital del Niño.
La pequeña de seis meses salió ilesa del ataque, ya que supuestamente Roberto la cubrió con su cuerpo evitando que terminara herida o muerta.
Testigos de los hechos identificaron a un sujeto conocido con el apodo "Maxin", como uno de los presuntos implicados.
Según algunos vecinos, tres sujetos tocaron a la puerta de la casa 547, pero nadie atendió, y dos se fueron a la parte trasera de la vivienda, asomaron el cañón de las armas entre las paletas y la malla de una de las ventanas, y dispararon sin misericordia. La calle estaba oscura y solitaria. Estaba lloviendo.
Otro testigo sostiene que en la puerta principal había otro agresor que aparentemente esperaba la salida de los ocupantes de la casa.
Esa familia iba a cumplir 8 meses de residir en el lugar, y según los moradores, son personas tranquila y buenos vecinos.
A pesar de que han transcurrido más de 32 horas desde el homicidio, las autoridades aún no establecen el móvil del asesinato, y no han capturado a nadie.