Por espacio de cinco días, la capital del país se constituyó en el centro de la cultura nacional, al acoger a casas editoriales, escritores nacionales e internacionales, presentación de artistas, bailes y manifestaciones folclóricas, puesta en escena de obras y degustación de comidas. Este objetivo lo logró por quinta vez, la Cámara Panameña del Libro, al presentar a los panameños y al mundo, la Feria Internacional del Libro.
Con éxitos y limitaciones, Renée �vila y su equipo de trabajo, hicieron posible este evento ferial que se desarrolla cada dos años, y que en esta versión dio muestras de interés por la lectura, el cual está en franco crecimiento en Panamá. La meta de asistencia estaba fijada en 70 mil, sin considerar los estudiantes de escuelas oficiales, que la semana pasada gozaban de sus vacaciones de medio año.
Pero si ahondamos más sobre la organización de la feria, sus ventajas y limitantes, así como la proyección a futuro, podemos destacar que este evento cultural requiere de mayor participación del Gobierno nacional; es importante que se involucre y que reserve una partida presupuestaria, pues según la organización, la Feria del Libro de Panamá tiene un costo de 250 mil balboas.
Si analizamos las cifras, deducimos que se trabaja con las uñas, pues un evento de esta naturaleza requiere de logística, campaña publicitaria, pasajes de escritores y de la delegación del país invitado, estadía, alimentación, entre otros renglones. Comentaba Renée �vila que para esta versión ferial, recibieron 25 mil balboas del Gobierno; 10 mil del INAC y 25 mil de la Alcaldía capital y sólo el alquiler de ATLAPA fue de 60 mil balboas. De manera que el tema económico es la gran limitante de la Feria del Libro, que durante su desarrollo está abierta al público doce horas diarias, en comparación con otros países, y, aún cuando se anuncia el cierre, se observan asistentes inconformes.
Analizando la organización de la feria, agregaría aspectos por mejorar, como la disposición de salones amplios para la presentación de escritores; mejorar el sistema de sonido y con ello procurar que la voz de la feria sea de un locutor o locutora profesional, que transmita credibilidad y que cuente con un bagaje cultural aceptable para evitar errores en las presentaciones que anuncia; y disminuir los costos de los alimentos que están a la venta al público.
Para el 2011 se proyecta la sexta versión de la feria, el país invitado será República Dominicana, pero antes se planea realizar en el 2010 una feria nacional del libro, cuya sede puede ser la capital o el interior del país. Existe la disposición de hacer y trabajar por el fomento de la lectura, y en Panamá hay aceptación de parte de la población, entonces se requiere que los gobernantes consideren la Feria Internacional del Libro, como un tema de Estado.