Para desarrollar conciencia sobre el ahorro energético, la educación ciudadana juega un papel tan importante como la propia generación de la energía, porque si adquirimos conciencia del buen uso de este recurso tendremos la oportunidad de reducir gastos, así como también podrá repartirse de forma equitativa el servicio de luz eléctrica y se evitarían los cortes programados o los apagones inesperados.
En Panamá se ha logrado con la privatización evitar la racionalización de energía, contrario a lo que viven países como Venezuela, que a pesar de tener petróleo, no parece contar con la capacidad de generar una adecuada cantidad de energía que promueva el desarrollo de sus estructuras industriales.
Para quienes consumen 200 Kwh, el gobierno no ha permitido el aumento de sus facturaciones a pesar del alza de la tarifa, por lo que el ahorro en el uso de artefactos eléctricos logra disminuir los gastos familiares y así destinar recursos a otros sectores de la economía doméstica.
Establecer una disciplina para el uso de la electricidad es tan importante que la Comisión de Política Energética del Ministerio de Economía y Finanzas busca promover el uso eficiente de la energía y antes de finalizar el año distribuirá en todo el país un total de 1.6 millones de focos fluorescentes a unos 730 mil clientes residenciales.
La aplicación de un sistema didáctico para la educación del usuario representa 1.5 millones de balboas mensuales y tendría un impacto favorable en los recursos de los sectores populares y en el caso del servicio de luminarias públicas, representa un ahorro de 3 millones al año.
En esta misma dirección, la Autoridad de los Servicios Públicos (ASEP) busca los mecanismo para corregir las distorsiones del mercado eléctrico panameño porque, como bien lo ha expresado el administrador general de esa entidad, Víctor Urrutia, "nuestra labor ha sido velar por el consumidor" y mantener un equilibrio entre la demanda y la oferta constituye un gran reto, donde el ahorro juega un papel determinante.
Es aquí donde tiene cabida un planteamiento de la ASEP que las escuelas y las empresas privadas han tomado al establecer el uso de camisetas en calidad de uniformes, lo que a su vez, permite la regulación de actividades domésticas como el lavado y el planchado de las prendas de vestir.
Si se toma en cuenta que los estudiantes de todo el país superan los 700 mil, entonces podría también considerarse la incorporación de los empleados públicos a un método como el descrito en el párrafo anterior para evitar el alza del consumo de energía eléctrica No entendemos como no se ha tomado esta medida, ni como el Ministerio de Educación no ha analizado el uso de las mencionadas camisetas en las escuelas públicas, donde la gran mayoría de los alumnos deben utilizar artefactos como la plancha con el consiguiente gasto de energía que bien podría ser redirigido a los sectores industrial y empresarial.
