Iniciaron con las reformas tributarias, para captar más ingresos, o mejor dicho para atropellar más el bolsillo de los ciudadanos, profesionales y empresarios que tratan de sostenerse dignamente en un país plagado de miseria, criminalidad e ineficiencia en la gestión pública.
Históricamente, si alguien pretendía vender un inmueble sólo estaba obligado a pagar el 2% en impuesto de transferencia de bien inmueble, pero ahora hay que pagar el astronómico impuesto del 10% adicional sobre la ganancia obtenida de la venta, como si el Estado panameño hubiese ayudado en algo par la obtención de dicho bien.
Luego el pueblo tuvo que pasar por unas cruentas reformas al sistema de seguridad social, donde se contempla una obligatoriedad en el pago de cuotas para los independientes que son aproximadamente el 52% de la población económicamente activa, pero solamente para aplicar para el Programa de Invalidez, Vejez y Muerte (I.V.M.), sin poder utilizar el programa de enfermedad y maternidad, salvo que pague un porcentaje adicional. En resumen estamos obligados a pagar seguro sin una expectativa de podernos jubilar y peor aún, sin poder utilizar el sistema de seguridad social.
Finamente debemos indicar, que la ineficiencia del Estado a través de los gobernantes de turno, se debe entre otras cosas a la "IMPROVISACI�N DE LA GESTI�N P�BLICA" donde se esperan las desgracias para luego improvisar comisiones y medidas temporales, en donde algunos atos empresarios pescan en río revuelto, por ejemplo del lamentable incendio de un autobús el día 23 de octubre de 2006 en donde perdieron la vida 18 panameños(as).