La joven estudiante de periodismo chiricana no se atrevía aceptar un empleo en la capital.
Aparte del cambio la pasaba muy bien en su provincia natal.
Una amiga la estuvo orientando. Le aconsejó de la mejor buena fe que buscara nuevos horizontes.
Eran tan buenas amigas que la otra pasaba horas de visita en su casa.
Al fin se decidió la joven. En la capital encontró buen trabajo.
Una vez que la amiga le envió saludos a la nueva "capitalina", se enteró que ésta decía que no la conocía...
Era un joven recién graduado de Periodismo. Se fue a estudiar maestría al extranjero, pero tuvo que conseguir un préstamos del IFARHU.
Le pidió el favor a varios parientes y nada. Entonces buscó apoyo en sus profesores, algunos de los cuales se negaron.
Pero encontró uno que le salió de fiador para que pudiera realizar sus estudios superiores...
Años más tarde se lamentó este buen profesor de lo que hizo.
Resulta que el joven luego de graduarse decidió quedarse en el extranjero....�y se olvidó pagar el préstamos del IFARHU!
Por años tuvo el fiador que ver su cheque con un descuento. Cuando se comunicó con el irresponsable, éste lo "chifeo" y no quiso aceptar su responsabilidad...
Una dama en Chiriquí le salió de fiadora a varias amas de casa humildes, para que pudieran adquirir viviendas populares.
Meses más tarde andaba perseguida por los bancos que le querían secuestrar el carro y su vivienda. Las mujeres que ayudó no querían pagar sus préstamos a pesar que tenían ingresos.
No es raro que usted preste dinero y luego esa persona se haga el "chivo loco" y se niegue a pagar la deuda. Incluso habrá alguno que negarán conocerlo.
Las jóvenes que tienen la costumbre de prestarse ropa y joyas, a veces sufren decepción cuando sus malas amigas se quedan con esos artículos. Inventan robos, extravíos, etc.
Pero la "tapa del coco" como dicen en Cerro Redondo en Veracruz, son los casos de desagradecidos(as) empleados domésticos.
Existen numerosas personas con cuentos espeluznantes, sobre la forma negativa como reaccionan sus empleados cuando dejan de trabajar.
Por eso algunos buscan la manera de evitar tener empleados(as) domésticos.
Como dicen en Atalaya, "de los desagradecidos está empedrado el camino que conduce al Infierno".
