Vuelve lo sobrio y el binomio entre lo masculino y lo femenino; lo sexy y lo clásico; lo desenfadado y lo conservador; la mujer trabajadora sale de la oficina y no hace falta que pase por casa a cambiarse para seguir disfrutando de su jornada: el look de secretaria se ha convertido en una moda.
Las camisas sastre de hombre o los ligeros jerseys de cuello cisne, combinados con faldas tubo o de sutiles tablas, marcan la pauta de un look que tiene como musa a una mujer sobria, formal, y comedida, que renuncia a su lado salvaje, pero no a la feminidad.
Los guantes de cuero, los mocasines con tacones altísimos y la cintura siempre marcada son los elementos recurrentes que le acaban de dar forma a un sinfín de combinaciones minimalistas, pero no aburridas, que te servirán lo mismo para una dura jornada laboral, una cena romántica o para una fiesta improvisada.