La desgracia arropa a varias familias panameñas después de las inundaciones del pasado viernes, en Panamá Este.
Y el ensañamiento del río Cabra, en Nueva Esperanza, en Pacora, arrasó con tres vidas de una misma familia: abuela, hija y nieta.
Cuando se apaciguaron la turbulentas aguas del río en mención, se ubicó el cuerpo sin vida de Argelis Ríos Guillén, de 17 años, madre de una niña; tenía los cabellos enredados en un alambre de púas.
La joven madre tenía pulso, pero al llegar al hospital, se decretó su muerte.
Al día siguiente (el sábado) fue encontrado- por los vecinos de Nueva Esperanza- la madre de Argelis, Eneida Guillén de Castillo, de 40 años, abrazando a su nieta también fallecida- Danelis Cisnero, de 11 meses-, según la versión de Pastor Abdiel Castillo, viudo de la señora Eneida.
Una vecina de la fallecida "Neli"- como le llamaban a Eneida- ésta fue encontrada a una cuadra de su casa con su nieta, juntas, a la orilla de una quebrada.
TRAGICA SORPRESA
Era un día radiante ayer domingo, y los familiares de las víctimas se congregaron en la casa de la fallecida, donde el río mojó los muebles y acabó prácticamente con todo.
Pastor sacó fuerzas para narrar la tragedia. El día de la desgracia, él descansaba en la casa, y la hijastra- Argelis-dormía, pues la niña no la dejó conciliar el sueño la noche anterior.
Pastor escuchó gritos. Salió, auxilió a su hija de seis años, a quien colocó en un árbol, y al tratar de ayudar a su esposa e hijastra, la corriente se las llevó.
Eneida Guillén de Castillo, dejó en orfandad a cinco hijos. Tres meses atrás se había casado con el señor Pastor Abdiel Castillo.
Radicaban entre Las Garzas y Nueva Esperanza.
MAS MUERTE
Otra historia similar fue la de señora Rosario Asprilla, de 80 años, quien salió de su casa de zinc y ayudó a su nieta a subir a un árbol de mango, pero las corrientes del río la atraparon y la estrellaron contra otro árbol.
Todo esto lo vio la nieta de 17 años, quien sobrevivió a la inundación.
El cadáver de la anciana estuvo hasta las 7:00 p.m., a la vista de curiosos, hasta la llegada del médico forense.