Lo que antes era un caudaloso río, que abastece de agua a más de 100 mil personas, poco a poco se está convirtiendo en una simple quebrada.
Moradores de las comunidades cercanas al río Pacora se han vuelto a organizar para defender lo que consideran una devastación de este recurso natural a causa de la extracción de arena y piedra del cauce del río.
Los residentes aseguran que pronto quedarán sin su principal fuente de agua. Han perdido la tranquilidad, pues temen que el río que abastece de agua a miles de personas termine secándose debido a las constantes extracciones de materiales utilizados para la construcción.
Estudios de la década del 90 muestran graves daños del cauce del río en el sector Paso Blanco, donde observaron que el lecho natural y las orillas son objeto de una ilimitada extracción que atentaba contra sus componentes biofísicos.
Los voceros de la comunidad han enviado cartas a las autoridades para que cesen las extracciones. Ante la falta de respuesta, no descartan medidas de presión para que las autoridades de la ANAM presten atención a sus preocupaciones.
Durante años, los Gobiernos han otorgado constantes concesiones para la extracción de arena, piedra y otros minerales, situación que amenaza con la utilidad de este recurso natural.