Hay quienes les encanta dormir tranquilos luego de una buena sesión de sexo, mientras que otros prefieren el tan gustado "polvo mañanero".
Y es que es un hecho que cada persona se siente más predispuesta a unas horas del día que a otras, en ello influyen factores como el cansancio, el pudor, el reloj biológico y lo inesperado.
Lo cierto es que en cualquier hora una buena dosis de sexo, no le cae mal a nadie, sólo tienes que saber y estar dispuesto a disfrutarla.
ACCION EN CAMISON
El sábado o el domingo por la mañana, si no hay niños en casa, puede ser el momento perfecto para disfrutar con tu pareja en la cama, pocas veces tienes tanto tiempo por delante y están tan descansados.
Las erecciones matutinas son las mejores que un hombre puede tener. Mientras que para las mujeres, será más bien un asunto mental: nada mejor que tu pareja dispuesta, el cuerpo descansado y saber que te lo vas a pasar muy, muy bien.
LA HORA DE LA SIESTA
La siesta es un placer que pocas veces podemos permitirnos. Las posibilidades son muchas: un sofá, una cama, un jardín, una playa, el campo..
Tener el estómago satisfecho invita a la relajación, y el abandono puede ser un buen momento para disfrutar del sexo de manera más sutil, dulce y tranquila.
LA HORA DE LA CLANDESTINIDAD
Después del trabajo es un momento especial de encuentros inesperados, menos habituales o incluso más intencionados. Es la hora de las escapadas, del ?aquí te pillo, aquí te mato? y de los lugares más insospechados: un parking, un probador, el carro, un cuarto de ocasión..
Además, a esta hora solemos estar bastante activos, con todos los sentidos en funcionamiento y puede ser bastante divertido salirse del "horario tradicional".
LA TAN ESPERADA NOCHE
La noche es, por excelencia, el momento ideal para hacer el amor. La oscuridad invita: la verg�enza del propio cuerpo desnudo, los miedos y tabúes se esfuman. Si hay un momento para desinhibirse, es éste. Por la noche los lugares de copas están llenos de gente con ganas de pasarlo bien, de amigos que pueden dejar de serlo, de desconocidos que pueden acabar conociéndose, o de parejas que saben que luego dormirán juntos.
