A partir de las adiciones y modificaciones que se hacen a la Ley Orgánica de Educación (Ley 47 de 1946) a través de la Ley 34 de 1995, una serie de conceptos que insertan cambios para modificar un sistema de métodos educativos que, de acuerdo a las experiencias y resultados de los procesos de enseñanza aprendizaje actuales, han demostraron quedar obsoletos o inadecuados.
El objetivo fue desarrollar integralmente al estudiante con énfasis en su capacidad critica, reflexiva y creadora. Fomentar el conocimientos, habilidades, actitudes y hábitos para la investigación e innovación científica y tecnológica; y fomentar conocimientos en materia ambiental.
Igualmente con estas reformas se da mucho énfasis al cultivo de sentimientos y actitudes para la apreciación estética en todas las expresiones culturales y artísticas; contribuir a la formación, capacitación y perfeccionamiento de las personas como recurso humano, con la perspectiva de la educación permanente. Es importante destacar que también se trata de garantizar el desarrollo de una conciencia social a favor de la paz, la tolerancia y la concertación como medios de entendimiento entre los seres humanos, pueblos y naciones.
Para lograr que todas estas nuevas propuestas se conjuguen en realidad y beneficio práctico y efectivo en la población estudiantil, se están haciendo las propuestas para la reestructuración en los currículos educativos y en el sistema de evaluaciones para presentar ofertas que se adecuen a las demandas laborales y a las capacidades y cualidades de aprendizaje de los alumnos para que afiancen sus conocimientos con el apoyo de sus destrezas, creatividad, vocaciones y talentos; y para evaluar de acuerdo a eso y a la competitividad con que se desenvuelven en los procesos de enseñanza aprendizaje que los formarán para enfrentar el futuro, sumando a esto, el interés y el compromiso de los progenitores, acudientes, profesores, podemos concretar esa calidad y eficacia del sistema educativo que el futuro y la patria necesita.