Las personas adultas mayores requieren un cuidado especial, al igual que su alimentación.
Es necesario que ésta sea abundante en proteínas para fortalecer sus tejidos musculares y la piel. Estas se encuentran en las carnes rojas, el pescado, huevos, leche y verduras frescas. Las proteínas deben constituir al menos un 25% de la alimentación diaria.
Los alimentos fritos pueden producir una mala digestión, por lo que se recomienda utilizar aceites de oliva. Entre sus alimentos deben estar los que contengan hidratos de carbono, que se encuentran en las papas, lentejas, garbanzos, macarrones, fideos, etc. Pero, en ocasiones estos hidratos nos dejan una sensación de saciedad, por eso, las personas adultas mayores deben consumirlos en porciones moderadas.