Tal como advertíamos la semana pasada, la reciente encuesta de Dichter & Neira demostró que las preferencias de los panameños para la disputa de la Presidencia de la República están polarizadas entre dos personas.
Por un lado, la ingeniera Balbina Herrera, cuyos orígenes como dirigente socialista dentro del Partido Revolucionario Democrático (PRD), de su extracto popular y don de liderazgo que la hacen atractiva para un sector de los votantes, la transforman en la candidata de la clase baja, de los izquierdistas "lights", al mejor estilo de Lula en Brasil, Bachelet en Chile o Fernández de Kichner en Argentina.
En el otro bando, todos los pronósticos perfilan al empresario Ricardo Martinelli como el candidato opositor fuerte, por su discurso directo a las masas de la clase media, a los campesinos y los indecisos.
En una hábil maniobra, el dueño de los supermercados "Súper 99", se apropió del eslogan de "Mano Dura" de Juan Carlos Navarro, para atraer a los miles de ciudadanos cansados de la delincuencia, de los capos menores de edad de poca monta que aprovechando la ley, matan a los inocentes sin piedad.
La pobre campaña política de Juan Carlos Varela, que lo ha relegado a un 16% de las preferencias nacionales, demuestra que está perdiendo la guerra mediática frente a Martinelli, como líder de la oposición criolla.
Proyectos como la Cinta Costera, el atraso en la modernización del transporte público y el miedo a enfrentar a las petroleras, hacen peligrar el apoyo popular a Balbina, pese a tener un 38% de preferencias.
Martinelli, en cambio, con su 28% de respaldo en los sondeos y con una propaganda constante radial y televisiva, ha calado entre los electores.
Dos hechos pueden ocurrir pronto, ante esta nueva situación en la Oposición. De que Varela venga con una campaña de contraataque contra Martinelli o que tenga de tirar la toalla, dejando el espacio libre para que el empresario del Súper 99 vaya solo frente a Balbina Herrera.
Consideramos que el empresario Varela tome la sabia decisión de deponer sus intenciones, para él facilitar la unidad de la Oposición, de cara a derrocar al PRD el 3 de mayo de 2009.
Una fecha es clave: el 3 de diciembre es el "límite" de decisiones para deponer candidaturas y construir una alianza de Oposición real, con programas de Gobierno productivo0s y no improvisados.
Esperemos que Martinelli también haga esfuerzos para abrir el marco a sectores independientes en la sociedad panameña, que no se mueven en la política, para hacer más atractiva su postulación hacia la presidencia.
Quizás así, los que dudamos de su capacidad de liderazgo, cambien de opinión y se decidan respaldarle en mayo del próximo año.
