Los compañeros de armas y familiares de las víctimas de la "Masacre de Albrook" del 3 de octubre de 1989 recordaron ayer con un acto religioso en la Iglesia Cristo Rey, a los militares asesinados durante está asonada.
Uno de los que participó en este levantamiento, el hoy comisionado en retiro, Javier Licona, aseguró que los panameños no deben olvidar el sacrificio de estos hombres considerados "Mártires de la Democracia".
"Cuando se tomó la decisión de tomar las armas en contra de Manuel Antonio Noriega, fue porque precisamente sentíamos que nuestras familias estaban divididas y había conflictos en el seno de nuestra sociedad", dijo.
Al momento del golpe del 3 de octubre, Licona era el jefe del Escuadrón de Caballería, y participó al lado del líder del golpe, Moisés Giroldi.
"La historia, tarde o temprano se encargará de ubicar a estos hombres en el sitial que se merecen, porque representan el último vestigio de dignidad de las mal llamadas Fuerzas de Defensa", dijo por su parte el ex jefe de la Policía Nacional, Fernando Quesada.
También el ex comisionado Milton Castillo aseguró que a 18 años de estos hechos luctuosos, los panameños deben reflexionar sobre este día y valorar el aporte de los militares caídos en la "Masacre de Albrook.