La Casa Blanca guardó silencio ante la filtración de documentos de Wikileaks sobre la guerra de Irak en medio de llamamientos internacionales para que EE. UU. diga por qué hizo la vista gorda ante las torturas sistemáticas en el país.
La organización divulgó los informes de campo redactados por soldados estadounidenses entre 2004 y 2009.
Los medios que tuvieron acceso por adelantado a los 391, 000 documentos, The Guardian, New York Times, Le Monde, Al-Jazeera y Der Spiegel, y concluyeron que EE. UU. ignoró la mayoría de denuncias de torturas, abusos, e incluso de posible asesinato, de cientos de prisioneros por parte de fuerzas iraquíes.
Los tribunales iraquíes se basan en las confesiones para realizar condenas, lo que ha llevado a frecuentes acusaciones de tortura.
El diario The New York Times mencionó que la situación es particularmente significativa, dado que el plan de retirada de las tropas estadounidenses de Irak se asentó en el traspaso de las funciones de seguridad a la policía y al Ejército local iraquíes.