Otro obrero murió ayer en un edificio en construcción al caer del piso 14. En la última década más de un centenar de trabajadores han fallecido. Cada cierto tiempo hay protestas para exigir mejores condiciones de seguridad en la industria de la construcción.
Hace algún tiempo se promulgó un reglamento que regular la Seguridad, Salud e Higiene en esta actividad. Con esas normas la sociedad panameña esperaba que no se volvieran a repetir las dantescas imágenes de obreros mutilados, aplastados en el suelo o enterrados vivos en los subterráneos de los nuevos proyectos de rascacielos que adelanta la pujante industria del acero y cemento.
El reglamento establece la constitución de los "Comités de Seguridad" en cada proyecto inmobiliario. Lo malo es que muchas veces las leyes y otras disposiciones quedan en letra muerta.
Cuando se registran constantemente accidentes fatales, significa que una instancia, o más de una, no están haciendo su trabajo de prevención frente a una actividad de alto riesgo.
Los proyectos de construcción son zonas de alto riesgo para trabajar. Los promotores deben asegurarse de que sus obreros se cuiden a sí mismos y a sus compañeros de descuidos, faltas e irresponsabilidad.
En una zona de construcción, la familiaridad y la rutina pueden reducirle a un trabajador el sentido de la prudencia. Las condiciones propias del trabajador aumentan también el riesgo de errores
Las precauciones de seguridad marcados en las herramientas y el equipo de protección deben ser seguidas, porque puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.