Juan Carlos Núñez tenía como el diablo adentro, pero exclamaba que Dios le había pedido que matara a alguien. Prendió la iglesia de la comunidad de Cordillera, en Boquerón; degolló una vaca, le quebró los vidrios a un carro, cortó en el rostro a un campesino, pero ayer fue abatido de un disparo cuando machete en mano se le abalanzó a un policía de servicio en la subestación de Bugaba.
Núñez, de 37 años, andaba como endiablado desde la noche del viernes. Circulaba por el pueblo con el rostro pintado de negro y con un machete en su mano derecha, lo que motivó la llamada a los miembros de la Policía. El agente involucrado alegó que le disparó a Núñez, en el muslo izquierdo.