ABRACADABRA
"Reflexiones importantes"
Carlos Guevara Mann
"Hay que rescatar a la República de esta situación
opresiva y peligrosa"
La unidad nacional, en torno
a las aspiraciones de un futuro mejor para todos los panameños, logró,
hace 95 años, la fundación de la República.
Casi un siglo más tarde, esas aspiraciones se ven frustradas por
un equivocado modelo de desarrollo, que acentúa las desigualdades,
y un estilo político depredador, que concibe al Estado, no como instrumento
para el adelantamiento socioeconómico y moral de la población,
sino como botín para ser repartido entre quienes logran capturar
el poder.
Las consecuencias negativas de esas características están
a la vista de todos: injusticia social, criminalidad, restricciones a los
derechos humanos y devastación ambiental, que atenta contra la supervivencia
de la especie humana en nuestro territorio.
Ello ha llevado a que la pobreza y la miseria se incrusten en nuestro
medio, de forma inaceptable.
En un reciente artículo (La Prensa, 25 de octubre), Miguel Antonio
Bernal nos ofrece un pantallazo de esta lamentable realidad:
"según el Censo de 1990, en Panamá hay 526.456 hogares.
De esos hogares, 242.934 [46%] tienen ingresos familiares inferiores a 250
balboas mensuales.
"De estos 242.934 hogares, más de la mitad, o sea 133.386
hogares, tienen un ingreso familiar inferior a 100 balboas mensuales y dentro
de estos 133.386 hogares, hay 4.852 hogares, con ese ingreso menor a B/100
mensuales, pero que son hogares integrados por diez (10) personas o más."
No podemos seguir así. Hay que rescatar a la República
de esta situación opresiva y peligrosa. Y la coyuntura en que nos
encontramos nos ofrece la oportunidad para lograrlo.
En 1999 celebraremos dos importantes eventos: elecciones generales en
mayo y entrega del canal en diciembre.
Los panameños y panameñas de todos los sectores - tanto
los de la sociedad política como los de la sociedad civil - debemos
entender que lo que nos ha llevado a esta situación es la falta de
participación política, o sea, de una verdadera democracia,
aunada a una relación, injusta y desigual, con los Estados Unidos,
todo lo cual se agudizó durante la dictadura de los militares y el
PRD, gracias a la arbitrariedad, el abuso de poder, y las violaciones a
los derechos humanos que ese régimen corrupto perpetró.
En 1999 tenemos la oportunidad de comenzar a corregir este rumbo equivocado.
La entrega del Canal, sus áreas adyacentes y las bases militares
nos permitirán poner esos importantísimos recursos al servicio
de la comunidad, a través de un modelo de desarrollo que permita
el mejoramiento de la calidad de vida del pueblo panameño.
Y las elecciones de mayo de 1999 son el primer paso para reestructurar
el Estado de forma tal que pueda promover el adelantamiento socioeconómico
y moral de la población.
Que logremos estos objetivos depende, sin embargo, del pueblo panameño.
Tenemos que disponernos a participar activamente en la política,
exigiéndoles a quienes actualmente la controlan - los partidos políticos
- que postulen a ciudadanos y ciudadanas, decentes y capaces, a los cargos
de elección popular.
Tenemos que abandonar la tradición del clientelismo y el caciquismo,
de acuerdo con la cual el panameño ha entregado su voto, en el pasado,
a cambio de algún beneficio personal (plata, licor, comida, influencia
o "palanca", un puesto público para algún familiar).
Tenemos que votar en atención a lo que más conviene a la
comunidad y al engrandecimiento del país.
Ya tenemos indicios de que el pueblo ha adquirido conciencia de su situación
y se ha decidido a participar.
A través de movimientos populares, los indígenas defienden
sus tierras, los campesinos luchan contra la minería, los residentes
de la Capital se oponen a los abusos del Corredor Sur y la ciudadanía
entera rechazó, en el referéndum del 30 de agosto, la reelección
presidencial inmediata, propuesta autoritaria y corrupta del oficialismo.
Fortalecidos por estas experiencias cívicas, unámonos todos
los panameños y panameñas de buena voluntad, para rescatar
a la República el 2 de mayo de 1999.
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