Desde que comenzó a laborar como agente de seguridad, Gabriel Castrellón, de 21 años, era consciente que ejercía una de las profesiones más riesgosas en los últimos años en Panamá.
No en vano en lo que va del año una veintena de vigilantes han perdido la vida a manos de delincuentes, cuyo objeto primario era robarle el arma o a los locales que custodiaban.
Es por eso que cuando la noche del lunes tres sujetos, en actitud sospechosa, intentaron penetrar en el proyecto en construcción que vigilaba en la Calle 52 del corregimiento de Bella Vista, no dudó en 'partir por delante' y enfrentarlos. Lo que vino después fue intercambio de balas entre Gabriel y los maleantes, que lo dejó herido de bala en el hombro izquierdo y en la pierna derecha, pero no le pudieron quitar el arma.