La naturaleza conserva en su fondo emblemático, silencioso y oscuro a la vez, todo el equipo magistral, capaz de cambiar el universo en su avance hacia la luz. Son las fuerzas del bien obsequiadas para destruir el mal, esparciendo por los cuatro puntos cardinales la expresión artística del ideal. Sólo contamos con una sola manera de resolver el problema donde predomina la maléfica actitud morbosa en manifestación contraria y de incontenibles resultados; hacerle frente a la maraña con decisión encendida, esto es, entrando al llamado de asistencia a los templos escolares.
Abrir el compás al talento y a la sabiduría, incentivada de la astucia y la indagación ya es la muestra positiva y fidedigna de que nos encontramos frente al camino indicado. Proceso largo, pero fructífero con intención de alcanzar las estrellas, en perpetua interpretación de las innegables incógnitas pretendiendo empujar la observación y la investigación, donde la naturaleza es su ámbito, también su objetivo.
Es la disputa incesante y sin desmayos en pos de los secretos que guarda el misterio en su divina mudez cómplice. Un grupo de jóvenes de ciertos sitios del país bajo la dirección de SENACYT han osado hurtarles las alas al águila, emprendiendo los discurridos viajes hacia lo ignoto, propuestos a desentrañarle, despojando el silencio a las tinieblas. La generación de energías, el abono fecal como materia prima, 1 el etanol, el tratamiento y purificación del agua, la pomada para la caída del cabello son algunas pruebas de los eventos empujados por las ciencias criollas, presurosas a litigar con los pueblos de otras latitudes.
Es el ingenio humano nuestro el que empieza a especular, comprendiendo que la marcha emprendida va dirigida a interpelar en busca de las confesiones admirables que ha mantenido la madre natura escondida con extraña alcahuetería despampanante. Todo corre al abrigo de más de 669 proyectos científicos de unos 100 centros educativos a nivel nacional.