Unos estudiantes de periodismo, de último año, me preguntaron cómo era la labor periodística en Panamá durante la dictadura.Les dije que no había libertad de expresión. Los militares dictatoriales controlaban los medios. Incluso se robaron toda una editora, la del Panamá América, para manipular la opinión pública.
No tuve tiempo de hablarles de las actividades clandestinas (subversivas), que algunas periodistas valientes realizaron. Ellos expusieron sus vidas y familias.
Luego del golpe, en los años setenta, una emisora de poco poder, llamada Radio Impacto, comenzó a romper el cerco de miedo que dejó el golpe.
"Betito" Quirós Guardia con sus programas de opinión abrió los micrófonos a abogados civilistas, educadores y periodistas. Ellos se atrevían a criticar algunas acciones de la dictadura.
Cuando pusieron en jaque al Gobierno, fue anulada esa radio. Se tuvo que hacer periodismo clandestino. Realmente eran acciones subversivas, donde nos exponíamos a la cárcel y al exilio.
Aparecieron emisoras clandestinas que salían unos minutos. El Gobierno militar tenía equipos para detectar esas emisiones, algunas de las cuales se hacían desde automóviles.
En los años finales, un norteamericano montó una televisora civilista. Era impresionante ver mensajes contra la dictadura unos segundos en la televisión.
Un partido político pagó quinientos balboas a un periodista para que dirigiera un periódico clandestino, que sólo salió tres veces. Fue descubierta la imprenta, allanada y destruida.
El fax se convirtió en un arma del periodismo alternativo.
Desde el exterior llegaban a ciertas oficinas y hogares, faxes con noticias contra el régimen.
Entonces ocurría todo un proceso de copias y circulación, siguiendo el sistema de "células". Unos cuantos recibían el fax y debían entregarlos a otros...
Se editaron periódicos a mimeógrafos y en imprentas pequeñas. Un grupo de valientes damas sostuvieron uno por meses, a pesar de las pesquisas de los militares para acabarlo.
En Costa Rica, una emisora transmitía por onda corta mensajes y noticias hacia Panamá. La gente las escuchaba a escondidas, por miedo a vecinos "sapos" y delatores.
Desde la Comandancia llegaban a los periódicos militaristas falsas noticias contra los opositores.
Cuatro radiocomentaristas fueron sacados con rifles de las emisoras, por oponerse a la dictadura. �Loor a los periodistas panameños!
