Doña Hilda es una señora setentona, vive con la menor de sus hijas, una joven soltera que la cuida muy bien. Pero ella asegura que mejor se siente en casa de su hija Marta, quien tiene tres hijos pequeños.
Según Hilda, su hija menor no quiere que pase mucho tiempo con los niños ya que ella está enferma y la podrían estresar más, pero ella confiesa que es todo lo contrario.
Esta abuela no miente, un estudio afirma que las personas mayores que pasan más tiempo con los niños son más felices.
La investigación realizada en más de 12.000 personas de entre 50 y 80 años, demostró que los hombres a cargo del cuidado de sus nietos se mueven más y que las mujeres refuerzan su autoestima.
Para muchos abuelos, la llegada de los nietos es un aporte de vitalidad, alegría y dinamismo. Como dirían los especialistas, un estímulo cognitivo, psíquico y emocional. Así lo prueba el estudio estadounidense Todo en familia: El impacto de cuidar a los nietos para la salud de los abuelos.
La investigación tomó a 12.872 personas de entre 50 y 80 años para saber cómo influye el cuidado de los nietos en su salud.
"En las autoevaluaciones, las abuelas respondieron que su salud mejora cuando ejercen esas tareas y los abuelos señalaron que cuando están con sus nietos hacen más ejercicios, se mueven más", contó la socióloga Linda Waite, directora del Centro de Envejecimiento de la Universidad de Chicago y una de las autoras del estudio.
Aquí no hay un estudio cuantitativo que explique los beneficios de esta relación, pero los especialistas coinciden en que si los abuelos tienen buena salud física y mental, deciden ese cuidado con libertad (no por obligación) y disponen de tiempo para hacerlo, la experiencia es positiva.
"Todo depende de las posibilidades económicas e intelectuales y de la salud física y psicológica. Ningún abuelo con deterioro cognitivo puede hacerse cargo, si requiere ayuda para su propio cuidado", enfatiza la socióloga Liliana Gastrón, directora del doctorado en Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Nacional de Luján.
Una de las quejas más frecuentes de los mayores es el vacío que sienten cuando se jubilan y los hijos se van de casa. "Debido a esa pérdida de roles (que les produce una sensación de inutilidad e infelicidad), conviene que se mantengan ocupadas y que sustituyan las tareas que ya no pueden hacer", indicó la psicóloga.
Apelando al sentido común, los expertos manifiestan que la edad no es un parámetro rígido. Puede darse que un abuelo de 70 años se sienta mejor física, psíquica y espiritualmente que otro de 50. Las personas envejecen de manera distinta.