La mañana apenas iniciaba. Dos hombres encapuchados emboscaron a un sujeto que iba a abordar un taxi, procediendo a ejecutarlo.
No se trataba de una película de acción o una de las series de televisión de mayor audiencia en el país; era la vida real.
Una cruel realidad que antes era ajena a los panameños y que sólo se veía en las series televisivas o películas, y que hoy sucede a diario en las calles.
�ngel Augusto Mosquera, de 36 años, salió con rumbo a su trabajo y, como lo había hecho en otras ocasiones, tomó el taxi 8RI-4144 conducido por Glen Campbell Gutiérrez, de 35 años.
Mosquera quizás no presintió que unos sujetos lo observaban de cerca, los que no perdieron la oportunidad de abalanzársele y descargarle un tiro en la sien.
Lo que sucedió después pareciera sacado de una novela policíaca. El taxista Campbell Gutiérrez, quien también recibió un balazo en el lado izquierdo del tórax, aceleró y condujo mal herido desde el Sector 5 de Samaria, en San Miguelito, hasta la subestación policial del lugar donde pidió auxilio, pues temía que los verdugos del hombre que llevaba como pasajero terminaran por rematarlo.
La violenta odisea se dio en presencia de un niño de 11 años, quien iba en el selectivo rumbo a la escuela y el que milagrosamente no sufrió ninguna herida.
Las unidades policiales en el cuartel auxiliaron al herido y lo llevaron en primera instancia a la Policlínica Manuel María Valdés, en Paraíso, donde fue remitido hasta el Hospital Santo Tomás donde quedó recluido.
El padre del hoy occiso reconoció que su hijo mantenía diferencias con un grupo de sujetos a quienes Augusto nunca quiso identificar.
CRUDA REALIDAD: CRIMINALIDAD
Este es el segundo asesinato que ocurre en el populoso distrito en tan sólo dos días del mes de diciembre. El pasado mes de noviembre, en ese lugar se cometieron un total de 12 homicidios. En la mayoría de esos casos no se han reportado detenciones.