"Sólo hace unos días corrían por la playa jugando, y hoy ya no están. Es un dolor que no se puede explicar, porque se han ido para siempre", decía llorando Leonardo Tello, padre de Bryan y Leonardo Araujo Tello, de 9 y 10 años, respectivamente, quienes fueron sepultados por un alud el 30 de noviembre.
El dolor era evidente en los rostros de la gran cantidad de personas que acudieron la mañana de ayer, martes, al sepelio de los niños.
Elsid Tello, madre, y su hijo mayor, Cristian, de 15 años, se mantenían junto a la tumba de las víctimas, llorando desconsoladamente.
El sepelio fue ayer en el cementerio de la comunidad de Puerto Balsa, corregimiento de Limones, en Barú. El lunes, sus cuerpos fueron velados en el Centro Funerario del Sindicato de Trabajadores de Chiriquí Land Company (SITRACHILCO).
El segundo vicepresidente de la República, Rubén Arosemena, asistió al funeral, y además, realizó un recorrido por el área para verificar los daños que han ocasionado las lluvias en el lugar.
Los moradores aprovecharon para hacer sus quejas con respecto a las calles.