AYER GRAFICO
Madres anónimas cuyo dolor antiguo pudre su existencia en la sierra indígena

Esta india pareciera la encarnación de la poesía "Ñatore May", de la exquisita poetisa María Olimpia de Obaldía, llamada "La Alondra chiricana". El secular dolor de una raza humillada pero no vencida, se pone de manifiesto por la impotencia de mejores días en su entorno.

Madre india, no llores más. Acumula tu patriota rebeldía para repartirla entre tus descendientes que despertará el sol del milenio sin el yugo del machismo y el prejuicio de que la mujer es ciudadana de segunda categoría.

Ya se acerca el momento en que dejarás de sufrir por el olvido a que te tienen sometida, sin derechos ni reivindicaciones sociales. Tú, madre india, representante autóctona de mi país, estás señalada para un destino superior. Por eso tus hijos tendrán que romper las cadenas de la injusticia y el oprobio porque tú naciste para ser libre, dotada con luz de luna en caminos de la sal estelar madurada con los siglos.

Madre india, levanta tu estandarte de dignidad y a los cuatro vientos proclama tu libertad. El cristal de tus lágrimas tiene un brillo luminoso de liberación y que será luz, antorcha y guía en las noches panameñas del siglo 21.

 

 

 

 

 



 

CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, no guardo el verdadero sentido de las fiestas


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