ABRACADABRA
"Honrar el 8 de diciembre"
Recuadro: "La fecha de hoy constituye, desde hace muchos
años, una ocasión especial para el pueblo panameño".
Carlos Guevara Mann
Hoy, 8 de diciembre (no ayer,
7 de diciembre) es el Día de la Madre.
Por eso esta columna empieza por felicitar a todas las madres panameñas
en su día, muy en especial a las lectoras de esta columna y a las
que en la Editora Panamá América laboran con esmero para que
una nueva edición de este periódico se publique a diario.
Y HOY, 8 de diciembre (no ayer, 7 de diciembre) se conmemora la Inmaculada
Concepción de la Virgen María, celebración llena de
significado para todos los católicos, en Panamá y el mundo
entero.
Por estos motivos todo el que se considere católico y ciudadano
panameño debe apoyar el paro convocado para hoy, a pesar de las amenazas
emitidas por mandaderos serviles de la torodictadura y unos pocos dueños
de empresa, cuyas declaraciones no hacen honor a la dignidad de su profesión.
La fecha de hoy constituye, desde hace muchos años, una ocasión
especial para el pueblo panameño.
El 8 de diciembre es una celebración que forma parte integral
de nuestra nacionalidad, que nos distingue del "montón"
de sociedades y naciones, que nos recuerda la magnífica herencia
cultural que recibimos de nuestros antepasados y que tenemos la obligación
de transmitir a nuestros descendientes, para contribuir a darle sentido
a su vida.
Eso lo sabe bien el pueblo panameño y por eso se opone a los "días-puente",
maléfica invención de quienes son incapaces de entender la
realidad humana a través de otro prisma que no sea el de la caja
registradora.
Porque en 1990 no acabamos con el narcomilitarismo perredista y en 1994
dejamos que el PRD se volviera a encaramar, esto es lo que manda en Panamá:
el enanismo mental pesetero, apuntalado por la corrupción y el autoritarismo
que ahora encuentra conveniente imponer la "globalización"
rambo capitalista porque eso es lo que más conviene a los bolsillos
del grupúsculo que mangonea este Istmo a su antojo.
Que le interesa modernizar el país? Mentira. El gobierno al que
le interesa la modernización profundiza la democracia y fomenta la
participación ciudadana, porque éstas -democracia y ciudadanía
y no los días puente o la privatización de los servicios públicos-
son las características principales de las sociedades modernas.
Y reto a cualquiera en la torodictadura, desde la cúpula hasta
abajo, como también a sus infiltrados en las asociaciones empresariales,
la sociedad civil y los medios de comunicación, a un debate público
para que demuestren lo contrario.
Como lo dijo Brittmarie Janson Pérez (La Prensa, jueves 3 de diciembre),
la agenda de la torodictadura y el PRD es la misma que la de la dictadura
militar: anular al ciudadano.
Ayer, la dictadura de los militares y el PRD intentó convertirnos
en súbditos pasivos y aduladores de Omar Torrijos, con el fin de
que estuviésemos quietos mientras ellos se robaban el país
y usaban su infraestructura para traficar drogas, armas y personas.
Hoy, escudada tras la pantalla de Martín, hijo del dictador Torrijos,
la torodictadura del PRD y sus satélites quiere transformarnos en
consumidores autómatas del arroz con hongos, jamón contaminado,
agua embotellada y otros productos de calidad "global", que los
avivatos vinculados a ella pretenden vendernos, como borriguero por iguana.
Para la consecución de sus propósitos aviesos, ayer tenían
de cómplices a los 505 badulaques del "poder popular";
hoy tienen a cuarenta mercenarios que han convertido a la Asamblea en la
versión contemporánea de la cueva de Alí Babá.
Y cuando el panameño protesta y reclama que se respeten sus derechos
y su dignidad, ayer -como hoy- lo reprimen con violencia vesánica,
a punta de balazos, bombazos, toletazos y manguerazos; lo multan y demandan;
y lo avientan a la cárcel donde lo apalean y torturan.
Esa es la triste realidad de Panamá sometida a la torodictadura
masónica, anti cristiana, anti nacional, anti popular y anti democrática,
perredismo enemigo de todas las madres de esta República, del que
tenemos que librarnos antes de que termine de aniquilar lo poco que nos
queda de ciudadanía y democracia.
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