CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, no guardo el verdadero sentido de las fiestas
Las fiestas de fin de año
cada vez más pierden su verdadero sentido, debido a que es poco lo
que nos interesa su esencia. Preferimos irnos con el gusto de los placeres
y no meditamos en el mensaje que nos ofrece la celebración.
Digo lo anterior, ya que fiestas patrias, Navidad, Año Nuevo y
hasta los cumpleaños de los seres queridos, significan la mejor razón
para alcoholizarse y no nos damos la oportunidad de detenernos un momento
y ver qué estamos haciendo de nuestras vidas, cómo proyectamos
nuestro futuro o el de nuestros hijos, pensamos que la vida sólo
la constituye el hoy.
Es ese tipo de actitud uno de los peores enemigos del hombre, porque
le impide sacar lo mejor de la vida, cegándolo, impidiéndole
distinguir un mejor futuro y lo lleva a conformarse con lo que es su vida
hoy. De allí los muchos suicidios del presente año, las frustraciones
y el sentido de impotencia ante las adversidades que todos debemos afrontar.
Será que a los panameños se nos ha acostumbrado a no buscar
el fondo y la razón de las cosas, haciéndonos pensar que es
una labor muy difícil y mejor se la dejamos a otro para que luego
la explique a su manera.
Cómo hablar de un país que avance, cuando no nos interesa
en lo más mínimo la razón de ser de lo que acontece
a nuestro alrededor, cuando muchos no saben si quiera que en Navidad se
conmemora el nacimiento de Cristo, y que el mensaje principal no es lo que
comamos o vistamos, sino, nuestra cercanía a Dios y a nuestro prójimo,
con el cual muchas veces por cuestiones sin importancia, mantenemos una
marcada discordia, que nubla nuestro entendimiento y no nos permite alcanzar
nuestras metas como país.
Ser buen panameño significa darnos un tiempo para meditar en lo
que estamos haciendo de nuestras vidas, ver cómo podemos mejorar
honradamente nuestra condición, acercarnos más a nuestros
hijos y resto de familiares, amigos y conocidos que quizás tengamos
en el último asiento de nuestra mente.
|
|
AYER GRAFICO |
Madres anónimas cuyo dolor antiguo pudre su existencia en la sierra
indígena. |
|