EDITORIAL
Otra vez el chantaje norteamericano
El mecanismo certificador
de los países cuyas acciones contribuyen a enfrentar el narcotráfico
y sus secuelas lavadoras de dinero, que anualmente emite Estados Unidos,
produce efectos perjudiciales, negativos, en las naciones excluidas, y a
la inversa sirve a los intereses financieros y prestatarios de los países
reconocidos.
La medida ha sido contrariada por los países latinoamericanos
al estimarla grave fuente de injusticia contra los esfuerzos concertados
y sostenidos que hacen para contener el maligno comercio; así, en
el caso panameño, resulta evidente que las autoridades públicas
de jurisdicción, policía y de aduanas, son obsecuentes en
la persecusión del crimen narcómano, y centenares de kilogramos
de cocaína y otros narcóticos son decomisados para destruirlos,
enfrentando pandilleros foráneos, que trasladan sus sangrientas mecánicas
de ajuste de cuenta a tierra istmeña, escandalizando la colectividad.
Ahora, el mandatario Clinton rechaza certificar a Panamá, y las
razones de su negativa no son explicadas, de manera que un mundo de suspicacias,
de rumores recorre la vida ciudadana, afectando inversiones y entendimientos
financieros y productivos, con lo cual se irroga al vivir nativo disminuciones
y pérdida de valor en el concierto de las naciones, señalamiento
que no se ajusta con las conductas reales de los panameños que no
hemos vacilado en modificar legislaciones bancarias, hacendarias y fiscales
y crear las instancias adecuadas, para detectar eventuales intromisiones
narcolavadoras.
No reconoce, la negativa certificadora, las conductas represivas diarias
que en costas, montañas y localidades realizan los funcionarios de
las policías de investigación y de orden público, e
ignora los alijos detectados y los traficantes detenidos.
El sentir ciudadano frente a esta evidente injusticia norteamericana
reacciona y consideran que son razones políticas, escondidos motivos
ajenos a la lucha antidrogas, los que inspiran la decisión de Clinton,
y así se analiza si la cancelación de las conversaciones para
establecer el CMA, cuya materialidad no se logró por mantener Estados
Unidos inflexible posición que rechaza pagar arrendamientos por el
uso de las instalaciones y el territorio y aire panameño, es el motivo
que opera en trastienda.
La certificación de los comportamientos antidrogas, en la manera
como la resuelve USA conduce a paradojas -como la ocurrida con Irán-
país a quien se tiene como enemigo que humilló la dignidad
norteamericana con secuestros de funcionarios diplomáticos, y sin
embargo ahora, se le concede, por adelantar las tareas destructoras de sembradíos
de amapola, en sus territorios y mesetas.
Panamá debe con verticalidad, con levantada frente, manifestar
la afrenta y el equívoco de excluirnos; no suplicar, tampoco rogar;
exigir justicia no limosna, como voceara el desaparecido Presidente Remón.
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AYER GRAFICO |
El Lic. Sergio Pérez Saavedra toma posesión como Presidente
del Club UDEM de Monagrillo |
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