Basura y aguas residuales, posibles fuentes de energía
Redacción
Web
Basura, sí, simple basura casera y desperdicios sólidos de las poblaciones. Los productores innovadores de energía han aprendido a generar electricidad usando los desperdicios, una práctica ya presente en Centroamérica y que se está extendiendo y toma fuerza en muchos otros países.
De hecho, en Noruega ya no cuentan con suficiente basura y están considerando importarla de Estados Unidos para generar más energía limpia.
Países como Panamá, Costa Rica, Honduras, El Salvador y Guatemala generan actualmente más de 15 megawatts con las plantas Jenbacher de General Electric que utilizan el biogás procedente de aguas servidas de alcantarillados municipales, aguas residuales procedentes de procesos industriales (como el de la obtención del aceite de palma) y rellenos sanitarios en vertederos de basura.
Estas operaciones, usadas principalmente por empresas privadas, permiten una recuperación de energía con un alto impacto medioambiental, al convertir desechos en energía limpia, y alto impacto financiero, al destinar esta energía al autoconsumo, disminuyendo de esta forma la factura eléctrica convencional.
Según Héctor Aguilar, CEO de General Electric para Centroamérica y El Caribe, “nuestra región tiene un enorme potencial en lo que a generación de energía basada en biogás se refiere.
Los gobiernos cada vez están más interesados en desarrollar marcos regulatorios que establezcan que los desechos y las aguas residuales deben ser tratados de forma adecuada para reducir al mínimo el daño medioambiental y poder cumplir con los acuerdos establecidos en el Protocolo de Kyoto con respecto al impacto de la Huella de carbono en cada país”.
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Basura, sí, simple basura casera y desperdicios sólidos de las poblaciones. Los productores innovadores de energía han aprendido a generar electricidad usando los desperdicios, una práctica ya presente en Centroamérica y que se está extendiendo y toma fuerza en muchos otros países.
De hecho, en Noruega ya no cuentan con suficiente basura y están considerando importarla de Estados Unidos para generar más energía limpia.
Países como Panamá, Costa Rica, Honduras, El Salvador y Guatemala generan actualmente más de 15 megawatts con las plantas Jenbacher de General Electric que utilizan el biogás procedente de aguas servidas de alcantarillados municipales, aguas residuales procedentes de procesos industriales (como el de la obtención del aceite de palma) y rellenos sanitarios en vertederos de basura.
Estas operaciones, usadas principalmente por empresas privadas, permiten una recuperación de energía con un alto impacto medioambiental, al convertir desechos en energía limpia, y alto impacto financiero, al destinar esta energía al autoconsumo, disminuyendo de esta forma la factura eléctrica convencional.
Según Héctor Aguilar, CEO de General Electric para Centroamérica y El Caribe, “nuestra región tiene un enorme potencial en lo que a generación de energía basada en biogás se refiere.
Los gobiernos cada vez están más interesados en desarrollar marcos regulatorios que establezcan que los desechos y las aguas residuales deben ser tratados de forma adecuada para reducir al mínimo el daño medioambiental y poder cumplir con los acuerdos establecidos en el Protocolo de Kyoto con respecto al impacto de la Huella de carbono en cada país”.