Brindan belleza, amor y esperanza

Por: José I. Huertas F. / EVA -

Un ambiente tenso en el que se ven rostros que reflejan esperanza y deseos de un nuevo mañana, es lo que se percibe al ingresar al Instituto Oncológico Nacional (ION), pero en este nosocomio, para los pacientes no todo es amargo, pues cuenta con una sala de belleza llamada "Martha Stella de Vallarino", la cual acoge diariamente a diversas mujeres e incluso hombres que atraviesan por la dura enfermedad del cáncer y le ayudan a elevar la autoestima y a sentirse más bellos de lo que ya son.

Un grupo de damas, consagradas a este lugar, acuden diariamente desde las 8:00 a.m. para atender las vanidades de cada enfermo de cáncer.

Cargado de energía positiva

El cuarto de la sala de belleza es bastante pequeño, pero se hace grande con todos los que allí acuden, ya sea por sus colaboradores o por los pacientes, pues lo que se respira es energía positiva.

Magalys Potha, encargada del citado lugar desde el 2001, enunció que están abiertos de lunes a viernes. "La mañana, por lo general siempre está llena, atendemos más de 10 pacientes diarios... También se les brinda el servicio de pinta uñas y en algunas ocasiones de maquillaje", precisó.

Detalló que la mayoría de las pelucas son sintéticas y que este beneficio es gratis y exclusivo para pacientes del ION.

Su hermana fue el motor

Débora Vargas, quien es estilista y presta sus servicios de manera gratuita en esta sala, reveló que su hermana, que es sobreviviente de cáncer de mama, ha sido su motor; es por ello que es una de las voluntarias.

Mencionó que cuando las pacientes ingresan al salón "Martha Stella", se les echan chistecitos, se les pregunta qué tipo de quimio están recibiendo. "Cuando le preguntamos la quimio que reciben, ya uno sabe si el cabello le va a crecer y no hay necesidad de cortárselo. Si la quimio es más fuerte, allí le recomendamos que se corten el cabello y se coloquen una peluca, hay otras que se van con su bufanda", explicó.

Vargas expresó que ha asistido a seminarios, tanto con expertos de belleza como médicos, en los cuales aprendió a tratar a los que padecen esta enfermedad. Además, le tocó vivir las diferentes etapas del tratamiento de su hermana, ya que se le cayó el cabello en dos ocasiones.

Le inyectan fe

La fe es un factor fundamental en la vida de cada persona que atraviesa por esta cruda enfermedad.

Las hermanas Rosalba y Cristina Robinson agradecen a Dios por una segunda oportunidad de vida, luego de sufrir cáncer de mama. "Antes éramos más sensibles y humanas, pero ahora le damos más positivismo a todo aquel que llega al salón porque atravesamos por lo mismo, nos sentimos compenetradas con esta situación", apuntaron.

Manifestaron que le dan apoyo, ayuda, palabras de aliento. "Buscamos levantarlas cada día para que se sostengan, pero sobre todo que sepan que no están solas, sino que tienen a Cristo en medio de su prueba, él puede sanarlas", puntualizaron.

Estas hermanas aconsejan a los familiares de los pacientes que los acompañen, ya que cuando llegan solos, vienen muy deprimidos.



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