Adiós,

Por: Eduardo González -

Chorrillo aniquiló la noche del viernes en el campo al Tauro (4-0) y se clasificó a la final de la LPF.

Tras haber conseguido la hazaña, la euforia en los dirigentes, cuerpo técnico, jugadores y aficionados era incontenible; había motivos de sobra para saltar de alegría.

Entre todos los jugadores destacaba la gran sonrisa de uno en especial: Javier De La Rosa. El joven ariete vivía un momento mágico e inolvidable. El fútbol le estaba dando una nueva oportunidad, ya que hacía solo meses había abandonado la cárcel.

Sin embargo, lo que tenía que concluir como una historia feliz, no pudo ser. Quién se iba a imaginar en ese momento que el final de

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