Casi 300 partidos de temor y goles

Redacción / Crítica

El popular Nicolás “Yuyu” Muñoz llegó a los 298 juegos el pasado miércoles, cuando sumó 72 minutos en el partido que su equipo, el Isidro Metapán, sostuvo ante el Dragón. Con ello quedó muy cerca de unirse a un selecto grupo de jugadores que ya sobrepasan las tres centenas  de la liga mayor.
 
Muñoz llegó al fútbol salvadoreño el 23 de marzo de 2004 para probar suerte oficialmente en el Chalatenango, aunque ya en enero había visitado el país con la selección preolímpica de su país. Tenía 22 años y el técnico de los norteños, Héctor Cocherari vio cualidades en él, así que Nico se quedó y rápidamente mostró su fama de goleador.
 
En los primeros cuatro partidos anotó cuatro goles, incluyendo un triplete al Águila, y no pasó mucho tiempo para que un equipo grande, el FAS, se fijara en él, así que para el Apertura 2004 ya estaba fichado.

Desde entonces, el panameño ha impuesto un régimen temerario ante todos su rivales, una fama de rompe redes que lo ha llevado a ser uno de los arietes más temibles del medio.

Para mí es una alegría. Esto se debe a la continuidad y al trabajo, sé que no cualquiera llega a los 300 partidos y gracias a Dios estoy cerca de lograrlo”, dijo al diario El Gráfico.

 
El oriundo de San Miguelito, Panamá, Muñoz contó que son tantos los años en El Salvador que ya no recuerda con exactitud todos sus partidos, pero dijo que calificó el año 2012 como uno de sus mejores.
 
“Han sido varios años y gracias a Dios he tenido más glorias que penas, pero si tengo que elegir una época específica me quedo con el 2012, porque quedé campeón goleador y fui dos veces campeón, con Águila y Metapán”, confesó.