Despedido como un ídolo
Eduardo González Seguramente Luis “Matagatos” Rentería contemplaba desde el cielo, con una sonrisa gigantesca e imborrable, el gran homenaje de despedida que le dieron ayer sus
Eduardo González
Seguramente Luis “Matagatos” Rentería contemplaba desde el cielo, con una sonrisa gigantesca e imborrable, el gran homenaje de despedida que le dieron ayer sus seres queridos. Lo honraron como a un héroe.
Reunión multitudinaria de gente, desde tempranas horas, en la barriada El Porvenir. Todos congregados en la calle donde queda ubicada la residencia Rentería.
En lo alto, una gran pancarta adornaba el lugar. Fuera de la casa Rentería, colgaron, cerca de la pared, las diferentes camisetas que lució en vida el delantero. Varios niños y grandes portaban un suéter blanco conmemorativo a “Matagatos”, que tenía su rostro impreso en el medio, y en la parte posterior el número 16, su dorsal en el Tauro FC. Todo este escenario estaba preparado para recibir el féretro del delantero que, antes de ser trasladado a la iglesia, sería llevado a dar un recorrido por el barrio.
A las 11:30 a.m. llega el ataúd a la residencia Rentería, y con él el llanto y dolor de sus familiares y allegados, quienes aún no podían aceptar la partida de “Matagatos”.
Tras los presentes ver el cuerpo, el sarcófago fue trasladado en medio de aplausos y cánticos de: !Ahí está el killer...!, !Vive, Rentería...!, y ¡“Matagatos”, “Matagatos”...!, a una cancha, hoy de cemento antes de tierra, en la cual Rentería dio sus primeros pasos como futbolista. Los que cargaban el ataúd gritaron ¡goool...! al entrar al coliseo, le dieron dos vueltas al mismo, y después, rumbo a la iglesia.
El resto del recorrido no fue en silencio. Siguieron los cánticos, en medio de las calles. Estaban rindiéndole honor a su ídolo fallecido. El acto captó la atención de todos. Hasta un grupo de muchachos beisbolistas pararon su juego para contemplar la escena.
Así fue el último adiós de Rentería, una estrella que nunca dejará de brillar en El Porvenir.