La ciudad del placer y el deseo
P ara ser una ciudad en la que todo está diseñado con el fin de atraer y exprimir los bolsillos más profundos del mundo, y en donde
P ara ser una ciudad en la que todo está diseñado con el fin de atraer y exprimir los bolsillos más profundos del mundo, y en donde dar propinas para todo es prácticamente una obligación, sorprendentemente Las Vegas puede ser disfrutada en grande y sin gastar fuertes sumas de dinero.
Y es que la propia ciudad, o por lo menos su calle más famosa, The Strip (la franja), es un espectáculo en sí misma.
Solo en este tramo, de 6.4 kilómetros de largo, están 18 de los 25 mayores hoteles del mundo. Y todos están diseñados con la arquitectura del exceso y la grandiosidad.
En The Strip el espectáculo comienza con el Excalibur, diseñado como un castillo medieval. A un lado, el espectacular hotel Luxor, cuyo tema es el antiguo Egipto. El propio hotel, de 4,008 habitaciones, es una gran pirámide negra, y en su fachada custodia una réplica de la esfinge. Sigue el Mandalay Bay, que asemeja estar hecho completamente de oro. Estos tres hoteles están conectados a través de un tren elevado y túneles peatonales.
Entrando a The Strip están frente a frente el New York New York y el MGM Grand. El primero reproduce los principales íconos de Nueva York, como la Estatua de la Libertad y el rascacielos Empire State. Además, tiene una montaña rusa que corre en medio de los rascacielos.
El MGM Grand, adornado con su enorme león de oro, es el segundo hotel con más habitaciones en el mundo, y actualmente sede de los combates de boxeo profesional de más perfil, como los de Floyd Mayweather Jr. y Manny Pacquiao.
Estos dos hoteles, y el Tropicana, se conectan a través de puentes peatonales por encima del nivel de la calle, y todos tienen una oferta tan amplia de restaurantes y comercios de todo tipo que aturde.
Tras pasar por hoteles como el Cosmopolitan y Aria, se llega al impresionante cruce con la calle Flamingo, donde convergen el Caesar's Palace, el Bellagio, el París Las Vegas, el Bally y el Flamingo.
Todos los hoteles cuentan con entretenimiento para todas las edades. Las Vegas ha dejado atrás su fama de ser solo para jugadores, para convertirse en una especie de nuevo Disney World que no distingue entre adultos y niños.
Maravilla acuática
El “show” de las fuentes del Bellagio es el mayor espectáculo gratuito de toda la ciudad. Cada media hora por las tardes, y cada quince minutos por las noches, en un lago de 32,000 metros cuadrados se desarrolla una función de más de 1,000 cañones de agua sincronizados con música y luces. Cada exhibición dura poco más de tres minutos, pero las multitudes se aglomeran con sus cámaras para no perderse un segundo.
Al otro lado de la calle, el Paris Las Vegas tiene su propio arco del triunfo y una réplica de la Torre Eiffel de la mitad del tamaño de la verdadera. En su fachada también reproduce el Salón de Ópera de París y el Museo de Louvre.
El Caesar’s Palace, donde Roberto Durán hizo combates contra Esteban de Jesús, Wilfredo Benítez, Marvin Hagler y Tommy Hearns, tiene este año como su gran atracción el “show” de Celine Dion, uno de los conciertos por los que más han comprado boletos en Las Vegas. El precio de los mismos va desde $55 hasta $250.
Más adelante están el Mirage, con su volcán artificial que lanza fuego a decenas de metros de altura, y más hoteles exclusivos: el Winn (quinto hotel más grande del mundo), el Palazzo, el Venetian y Harrah’s.
Caminando en The Strip
Para conocer de verdad una ciudad, hay que caminarla. Un bus de turismo puede ser más cómodo, pero menos gratificante.
Y de hecho, The Strip es sumamente amigable con el peatón. Muchas de las grandes intersecciones pueden cruzarse por puentes elevados con escaleras eléctricas, y que conectan hoteles y centros comerciales. Las aceras son amplias y todas las cadenas hoteleras han habilitado bocinas en sus fachadas, que a toda hora transmiten música de los artistas de moda, ni muy baja ni muy estridente, todo está fríamente calculado para producir una sensación de bienestar en los visitantes.
Rara vez se escucha la bocina de un auto en The Strip, aunque el tráfico es masivo y muchos peatones ignoran las señales.
Las aceras rebosan de artistas callejeros, mendigos y personas disfrazadas de todo tipo de personajes, y que aceptan propinas por una foto.
En un solo trayecto, en una noche puedes encontrarte con tres Elvis Presley, un Michael Jackson, cuatro Bumblebees de los Transformers, un Batman, un Superman, a los Vengadores, a Dora la Exploradora, varios “minions” de Mi Villano Favorito, un Dr. Evil, y hasta un Chewbacca (idéntico al de las películas). Algunos de ellos, en una buena noche, pueden hacer 10 dólares en una hora o más.
Contrastes
Beber en la vía pública es permitido, así que puedes comprar una cerveza o un trago y llevártelo caminando. Algunos sencillamente beben y fuman en cualquier esquina.
En The Strip se pueden encontrar desde tiendas de marcas como Fendi, Dior y Victoria’s Secret hasta almacenes que te ofrecen cuatro camisetas por 10 dólares. No hay excusa para no llevar un “souvenir”.
Las áreas de juego de todos los hoteles son totalmente abiertas y nada está prohibido. En Planet Hollywood puede verse perfectamente a una familia con niños pequeños deambulando en el área del casino mientras chicas en ropa interior bailan el tubo sobre una mesa de ruleta.
Hay desperdigados por la ciudad infinidad de puestos que venden boletos para “shows” como el de David Copperfield, Britney Spears, Justin Timberlake, Penn y Teller, el Cirque du Soleil, Absinthe y tributos a Elvis, Michael Jackson, el Rat Pack y los Bee Gees. La oferta es masiva e interminable.
Con 39 millones de turistas al año, Las Vegas es una de las ciudades más visitadas de Estados Unidos. Y al caminar en The Strip, se nota.
Excursiones de estudiantes japoneses uniformados, parejas de nórdicos, familias de mexicanos, grupos de universitarios estadounidenses y jubilados europeos. Todos parecen estar felices en The Strip, sin tener que dejar todo en el casino.