Mis respetos para Vides
La expresión “la ocasión la pintan calva” es una frase que señala que no se deben dejar pasar las oportunidades que se te presentan en la vida.
La expresión “la ocasión la pintan calva” es una frase que señala que no se deben dejar pasar las oportunidades que se te presentan en la vida. Son estas palabras con las que hoy se arropa el púgil panameño Manuel Vides, porque fue él quien aceptó tomar el chance para disputar el título mosca (112 libras) de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), que está en poder del argentino Juan Carlos Reveco.
Como es de conocimiento general, Vides no es un peso mosca. Su carrera profesional la ha desarrollado en la división supermosca (115 libras), en la que inclusive es el cuarto retador al cetro en el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y era el duodécimo, en las clasificaciones del mes de diciembre, en la AMB.
Sin embargo, Vides, por su propia cuenta, aceptó tomar este reto mundialista en las 112 libras. Un reto que primero deberá sostener a muerte, con mucha disciplina, en los gimnasios, en los que deberá sudar muchas gotas de sacrificio para bajar a las 112 libras y así cumplir con el compromiso dorado que se le ha presentado para el próximo 15 de marzo en Argentina.
En el caso de la AMB no hay mucho que decir. Ellos tenían la última palabra, porque debían estudiar y aceptar la solicitud de reclasificar a Vides en el peso mosca para que el pleito titular ante Reveco fuera una realidad.
Me parece que el Comité de Clasificaciones de la AMB, que preside el panameño Miguel Prado, actuó de manera correcta, porque no había nada que pudiera impedir esa solicitud de reclasificación para Vides.
A Vides hoy le aplaudo esa decisión valiente de bajar de peso para cumplir el sueño de disputar un título del mundo. En el boxeo, este tipo de decisiones se pueden considerar como suicidas, porque si hay algo con lo que no se juega en este deporte es con el peso.
Insisto que no había por qué apresurar la oportunidad titular para Vides, si no fuera en las 115 libras. Pero tampoco soy quién para ir en contra de un muchacho de 23 años que hoy siente que puede darle un nocaut a las 112 libras y coronarse campeón del mundo.