Golazo - 17/8/13 - 11:36 PM

¡Mucha ‘berraquera’ herrerana!

Panamá, representado por las Pequeñas Ligas de Chitré, Herrera, mostró toda su “berranquera” y se proclamó nuevo campeón de la Serie Mundial Intermedia de Bangor, Maine, tras

Por: - Sábado 17 de Agosto de 2013 11:36 PM

Carlos Castillo Jiménez / Carlos Castillo Jiménez

Panamá, representado por las Pequeñas Ligas de Chitré, Herrera, mostró toda su “berranquera” y se proclamó nuevo campeón de la Serie Mundial Intermedia de Bangor, Maine, tras derrotar ayer 2 por 1 a Pennsylvania.

Comandados por el brazo derecho tira piedras de Javier García, los herreranos le terminaron de poner la cereza que le faltaba a su pastel, opara coronarse invictos en seis enfrentamientos.

García tiró la ruta completa, los siete episodios y limitó a la batería rival a solo cuatro imparables.

A pesar de no poder contar con dos de sus 16 peloteros, ni tampoco dos de sus tres técnicos, el equipo de Chitré, Herrera, que representó a toda América Latina, escribió su nombre con letras bañadas en oro de 24 quilates, al conquistar el tercer título para Panamá dentro del programa mundial de Pequeñas Ligas y el segundo en esta categoría.

La primera ocasión en que Panamá ganó un título de pelota chica fue en el año 2000, cuando la tropa Intermedia de Curundú se agigantó en Kissimee, Florida, para derrotar dos veces en un mismo día al equipo del Sur de EE.UU. y así terminar como el campeón.

Luego en el 2005, otra selección de las Pequeñas Ligas de Curundú puso a Panamá en boca de todos, tras ganar la Serie Mundial Preintermedia (13 y 14 años), que se juega anualmente en Taylor, Michigan.

Silenciaron el estadio

Sin su receptor estelar, Luis Felipe Alonso, ni su segunda base, Gertrudis Tello, ambos expulsados en el juego de semifinal, Panamá se creció y enmudeció a los al menos 1,500 aficionados locales, que llenaron a rabiar el Mansfield Stadium, para apoyar a los suyos.

La novena de Pennsylvania pegó primero, al anotar su única carrera en el cierre de la cuarta entrada, pero Panamá le tenía preparado un regalito para el inicio del sexto, cuando le fabricó las dos rayitas, que sentenciaron su camino a la gloria.