Homenajean a las madres en su día
Dejar pasar por alto el Día de la Madre es casi imperdonable. Las madres esperan que en esta fecha haya muestras de mucho cariño hacia ellas por
Dejar pasar por alto el Día de la Madre es casi imperdonable. Las madres esperan que en esta fecha haya muestras de mucho cariño hacia ellas por parte de sus seres queridos.
Producto de las malas condiciones económicas en que viven miles de panameños hay quienes se organizan y realizan diversos actos en homenaje dedicado a las madres para hacer donaciones importantes a estas sacrificadas mujeres.
Tal es el caso de las madres residentes en la barriada El Forestal, quienes fueron homenajeadas en la escuela Forestal de Santiago, allí asistieron cerca de unas 600 damas y entre ellas se encontraba Rosa González, de 40 años, quien estaba muy triste porque recordaba a su mamá y otros familiares. Rosa estaba acompañada por sus dos hijos, Alexander Alberto Martínez, de ocho años, y Arhon Alberto Martínez, de seis años.
El evento, que fue organizado por el escritor y poeta veragüense Samid Sandoval, estaba muy festivo, había comida, presentaciones folclóricas y los regalos para las madres, pero a Rosa le parecía estar en otro mundo. Sus dos pequeños hijos la abrazaban le hablaban y esta les daba besos, pero ella seguía con su nostalgia.
Fue allí cuando nos atrevimos a acercarnos y aprovechamos para preguntarle qué le sucedía, levantando su cabeza y sus manos como suplicando a Dios, dijo: “Estoy cansada, soy madre y padre, para sostener a mis hijo tengo que trabajar duro en casa de una familia”, pero es poco lo que alcanza y cuando llega a su casita, que es alquilada, debe ir al monte en busca de leña para poder cocinar.
“No tengo estufa” y tener una ha sido parte de mis sueños para aliviar mi trabajo y así poder prepararles los alimentos a mis niños, sin tanto trabajo.
En los momentos en que Rosa explicaba la realidad de su vida, se quedó casi paralizada cuando la llamaron por el alta voz para informarle que el licenciado le entregaría una estufa nueva.
Corría de un lado a otro y hasta que al fin llegó a donde le entregaron ese regalo. “No sé, pero creo que Dios está conmigo, dijo esta agradecida madre.