La Voz Del Interior - 09/11/13 - 08:46 PM

Tradición y elegancia

Los sombreros forman parte de las prendas de vestir de algunos panameños, pero a la vez constituyen una curiosidad, así lo sostiene el educador y

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Melquiades Vásquez A. / Melquiades Vásquez A.

Los sombreros forman parte de las prendas de vestir de algunos panameños, pero a la vez constituyen una curiosidad, así lo sostiene el educador y vendedor Cecilio Tejedor.

Según Tejedor, esta pieza del vestuario le da un cambio físico a la persona que lo luzca, ya sea hombre o mujer.

Tejedor tiene más de 50 años en dedicarse a la venta de sombreros en el área del mercado público de la ciudad de Santiago, con este negocio logró educarse y ahora ya jubilado de educador le dedica todo el tiempo requerido.

Dijo que no todos los sombreros se tejen en el distrito de La Pintada en Coclé, muy por el contario, en Veraguas se confeccionan y venden más, pues están los que se hacen en Santa Fe, Cañazas y Ponuga, mismos que son una verdadera joya hecha a mano y llenan de curiosidad a quienes tienen el placer de lucirlos.

Comentó que en el distrito de Santa Fe en Veraguas, en el área de Guabal y otras comunidades del Norte se hacen sombreros muy finos y de variados colores que engalanan a los que les gusta vestir con esta prenda.

Como vendedor, Tejedor reconoce que el valor de esta pieza se ha incrementado en los últimos años, pues actualmente los hay que cuestan 15 dólares, mientras que otros pueden llegar a 200 dólares y más.

Tejedor les compra los sombreros directamente a los fabricantes, quienes a su vez le han informado que en algunas épocas escasea el junco y el cogollo palmeras, que son la materia prima para tejer el sombrero.

Katia Bethancourt, residente en Santiago, sostiene que el sombrero en algunos casos es una prenda de vestir; sin embargo, curiosamente muchas personas la usan para la faena diaria, otros para momentos especiales ya sea en la ciudad o en el campo, mientras que otros los utilizan para ampararse del sol cuando estamos en la estación seca.

Los sombreros pintados y los que se hacen en Veraguas tienen precios casi similares, pero muchas personas prefieren los santafereños, cañaceños o los de Ponuga, debido a lo resistentes que son a todo tipo de clima.


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