Los campos para japoneses

El 19 de febrero de 1942, el presidente de EE.UU., Franklin D. Roosevelt, firmó la orden ejecutiva 9066 que autorizaba a la Secretaría de Guerra a establecer campos de concentración en los que decenas de miles de estadounidenses de ascendencia japonesa serían internados durante el resto de la II Guerra Mundial. Cuarenta y seis años más tarde, durante la presidencia de Ronald Reagan, los personas afectadas por este episodio y sus descendientes recibieron del Gobierno estadounidense $1,200 millones en compensación ($20 mil cada uno) y disculpas públicas.