- 21/10/13 - 02:28 PM
Lunes de lluvia
Anayansi Gámez
Web
El agua es una bendición, verla caer y sentirla cómo acaricia tu cuerpo es más de lo que uno se pueda imaginar. De esta forma, los poetas o uno que otro soñador decribirían la lluvia, pero, no. No siempre es así. La lluvia en realidad puede ser toda una calamidad y pensar en ella no es tan glamouroso como lo pintan algunos, más si te cae un chaparrón un lunes por la mañana.
Después de un fin de semana de descanso, llega el lunes con todos los estragos y la pereza que provoca el primer día de trabajo. Agrégale a esto, que una fuerte lluvia te agarre junto antes de llegar.
Como siempre, algunas calles se inundaron, los metrobuses pasaban llenos, el blower de algunas chicas se corrió y la camisa recién planchada de aquel señor quedó vuelta leña.
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El agua es una bendición, verla caer y sentirla cómo acaricia tu cuerpo es más de lo que uno se pueda imaginar. De esta forma, los poetas o uno que otro soñador decribirían la lluvia, pero, no. No siempre es así. La lluvia en realidad puede ser toda una calamidad y pensar en ella no es tan glamouroso como lo pintan algunos, más si te cae un chaparrón un lunes por la mañana.
Después de un fin de semana de descanso, llega el lunes con todos los estragos y la pereza que provoca el primer día de trabajo. Agrégale a esto, que una fuerte lluvia te agarre junto antes de llegar.
Como siempre, algunas calles se inundaron, los metrobuses pasaban llenos, el blower de algunas chicas se corrió y la camisa recién planchada de aquel señor quedó vuelta leña.