Mundo - 11/1/14 - 11:54 AM
Alemania calienta motores para celebrar los 25 años de la caída del Muro
Esta conmemoración coincide además con un año especialmente importante para el país, que recordará el centenario del inicio de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y los 75 años del estallido de la Segunda (1939-1945).
Berlín
EFE
Alemania se prepara para conmemorar el 25 aniversario de la caída del Muro de Berlín con decenas de eventos y exposiciones que tendrán su colofón el 9 de noviembre, día en el que, hace un cuarto de siglo, se desplomó la barrera que dividía la actual capital del país.
Las autoridades preven que el país se vuelque con multitud de actos en recuerdo de este acontecimiento y de la historia de la República Democrática Alemana (RDA), que desapareció tras décadas bajo la tutela de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS)
Esta conmemoración coincide además con un año especialmente importante para el país, que recordará el centenario del inicio de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y los 75 años del estallido de la Segunda (1939-1945).
Ya hay en marcha tres exposiciones sobre Alemania Oriental, dos en la capital alemana y otra más en el memorial de Marienborn (este del país), centradas en la vida en el interior de la RDA y en la persecución de los opositores al régimen por los servicios de seguridad comunistas.
Para difundir el resto de los eventos que tendrán lugar durante este año el Gobierno alemán ha abierto un sitio web que, con el nombre de "Libertad y unidad", pretende acercar al ciudadano la agenda de los próximos meses.
La página repasa, con fotos y textos, los meses que transcurrieron desde enero de 1989 hasta que se produjo la unificación efectiva de ambas Alemanias, el 3 de octubre de 1990, marcada simbólicamente por el tañido de la "campana de la libertad".
Esto es complementado con testimonios en vídeo de personas que asumieron un papel protagonista durante estos acontecimientos y en los momentos anteriores y posteriores a la apertura de las fronteras que dividían Berlín oriental y occidental.
Entre ellos destacan las declaraciones del último presidente de la RDA, y el primero que fue elegido democráticamente, Lothar de Maizire, encargado de las últimas negociaciones con Alemania Occidental que permitieron la reunificación del país, dividido desde el fin del régimen nazi de Adolf Hitler en 1945.
La desaparición de la RDA supuso el renacimiento de una Alemania unida, pero también significó una ruptura en la existencia de toda una generación de alemanes que habían vivido toda o una gran parte de su vida bajo el régimen de inspiración soviética.
Así lo explica De Maizire al rememorar el momento posterior a la votación en la Cámara del Pueblo sobre la reunificación de las dos Alemanias.
"La cámara completa lo festejó, pero también éramos conscientes de que significaba el fin de una vida. Yo tenía entonces 50 años y había vivido 40 en la RDA, esto significaba toda mi vida consciente; y no sabíamos qué traería la unidad", rememora el político alemán.
El Gobierno alemán ha querido recuperar sobre todo la memoria de los movimientos ciudadanos que, desde ambos lados del Muro, lucharon por los derechos democráticos en Alemania del Este.
La canciller germana, Angela Merkel, criada en la RDA, adonde se trasladó poco después de nacer en Hamburgo ya que su padre, un pastor protestante, se hizo cargo de una parroquia en el este alemán, siempre ha mencionado la caída del Muro como uno de los puntos fundamentales de la historia alemana y europea.
Así lo volvió a hacer en su discurso de fin de año, emitido el 31 de diciembre, en el que calificó el derrumbe del Muro como "el principio del fin de la división de Alemania y Europa".
La tarde del día 9 de 1989, en una rueda de prensa, el portavoz del Politburó de la RDA, G nther Schabovski, anunció "la emisión inmediata de visados de salida, prescindiendo de las normas aún vigentes para la salida del país".
Esa misma noche miles de berlineses del este se concentraron en torno a los puntos de control con el objetivo de acceder al sector occidental.
A la diez de la noche se abría el paso de la Bornholmer Strasse, acabando con 28 años de separación entre las dos partes de Berlín y de Alemania.