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Canal de Nicaragua, sueño de un ejecutivo chino

Para ello, el canal nicaragüense tendría que tener al menos la mitad de tráfico que el Canal de Panamá, que es más corto.

Managua
AP


Cuando el presidente nicaragüense Daniel Ortega le concedió a un ejecutivo chino de telecomunicaciones los derechos exclusivos para construir un canal de 40.000 millones de dólares que una el Pacífico y el Atlántico y para operarlo por 100 años, su gobierno exaltó los resultados obtenidos por este empresario en distintos proyectos de comunicaciones inalámbricas en una veintena de países.

  La empresa de Wang Jing, Xinwei, se atribuía haber sacado adelante una cantidad de proyectos por más de 5.000 millones de dólares en los últimos tres años, en sitios tan distantes como Camerún, Zimbabue y Ucrania. Se presenta a sí misma con una firma de ``gran fuerza y eminencia sublime en la industria de las comunicaciones mundiales''.

  Un análisis detenido de esas aseveraciones hecho por la Associated Press en distintas partes del mundo ofrece un panorama diferente. Si bien al menos algunas de las iniciativas de Xinwei en China parecen haber sido exitosas, la empresa de Wang ha estado involucrada en varios proyectos menores que han tropezado con problemas. Las promesas de Xinwei de construir revolucionarias redes de telecomunicaciones aún no se han hecho realidad. Y sus acuerdos con entidades locales han sufrido arranques en falso y no han dado los resultados esperados.

En 12 de los 20 países donde Xinwei Telecom Enterprise Group y empresas asociadas dicen haber hecho negocios, la AP no encontró evidencia alguna de proyectos grandes y exitosos vinculados con la firma. De hecho,
-En Camboya sigue haciéndose esperar una nueva red inalámbrica de alta tecnología, que sufre demoras inexplicables.
-En Zimbabue, Xinwei se asoció con una empresa a la que le quitaron su licencia para operar y cuyos bienes fueron confiscados por un banco local.
-En Camerún, un socio que según Xinwei administra la red de banda ancha más grande del país es descripto por el gobierno como la más pequeña de tres firmas que compiten entre sí y está siendo investigado por hacer afirmaciones falsas relacionadas con su desempeño.

Y en Nicaragua, donde Wang fundó una nueva compañía para construir un canal que podría tener tres veces la extensión del Canal de Panamá, no hay indicios de una red inalámbrica de 700 millones de dólares más de un año después de que anunció su intención de construirla.

En otros ocho países donde opera la empresa, analistas y firmas de telecomunicaciones dijeron que no habían oído hablar de la compañía china o Xinwei no dio suficientes datos sobre sus socios o los proyectos como para que se hiciese una investigación de su marcha.

Los antecedentes de Wang están generando inquietud entre empresarios locales, líderes de la oposición y expertos que dudan que este empresario chino poco conocido sea capaz de construir un canal de más de 210 kilómetros (130 millas), un proyecto monumental que ha sido contemplado y abandonado numerosas veces a lo largo de los siglos.

``Estos son proyectos de una magnitud que los supera'', sostuvo Derek Scissors, investigador que estudia las inversiones chinas en el exterior para la Heritage Foundation. ``Hoy por hoy, (el proyecto del canal) es un ardid publicitario''.

La empresa con sede en Beijing le dijo a la AP por escrito que adelantaba proyectos en al menos cinco países y que busca inversionistas para nuevas redes de telecomunicaciones que costarán miles de millones de dólares en Rusia y Ucrania. Admitió que había tenido problemas en varios países, que van desde competencia desleal de otras firmas que bajan demasiado sus precios hasta demoras en la obtención de licencias del gobierno.

``La compañía crece rápidamente. Planea ser una empresa de primer nivel mundial en este campo en cuestión de años. Avanzamos hacia ese objetivo y sabemos que queda mucho por hacer'', dijo Xinwei. ``Históricamente, Xinwei ha sido un abastecedor de equipo de telecomunicaciones comprometido a trabajar con los clientes para ayudarlos en la construcción y operación de sus redes, pero el progreso de cada proyecto depende de los planes de nuestros clientes''.

La compañía fue fundada en 1995 como una rama de la empresa estatal China Datang Corp.

Producía una tecnología de telecomunicaciones inalámbricas ofrecida como alternativa a la tecnología dominante empleada en buena parte del mundo. La empresa parece haber tenido éxito en China, consiguiendo contratos con el estado y con firmas privadas. Pero esa tecnología no ha prendido en el exterior, lo que contribuyó a los problemas financieros que enfrentó la firma antes de que Wang asumiese el control en el 2010.

No se sabe mucho de Wang, quien tiene 40 años, ni de cómo fue que pudo adquirir Xinwei o cuánto pagó por ella. Según un banco de datos de Hong Kong, dirigió una docena de empresas, algunas de las cuales siguen funcionando, mientras que otras han sido disueltas. Las propias organizaciones noticiosas estatales chinas dicen que no han podido averiguar demasiado del pasado de Wang. El portal de Xinwei, no obstante, muestra a importantes líderes, incluidos el presidente Xi Jinping y el primer ministro Li Kequian, visitando la empresa, lo que revela sólidas conexiones con el gobierno. Más importante todavía, según analistas, Xinwei tiene una línea de crédito de 2.000 millones de dólares del Banco de Desarrollo Chino, estatal.

Ronald MacLean Abaroa, ex funcionario boliviano del Banco Mundial que hace de portavoz de Wang, lo describe como ``un exitoso empresario en su país y en otras partes del mundo''.
  ``Tiene dinero y quiere invertir para dejar una huella en el mundo. No es un experto en la construcción de canales'', le comentó Abaroa recientemente a periodistas. ``Es un experto en hacer inversiones que generan desarrollo''.

La página de internet de Xinwei dice que sus principales mercados son los de telecomunicaciones, seguridad pública, campos petrolíferos, redes eléctricas, conservación de agua y transporte y comunicaciones de emergencia. En la mayoría de los países la firma parece haberse concentrado en la venta al por mayor de equipo para comunicaciones inalámbricas. Pero en Nicaragua y Camboya sus objetivos son mucho más ambiciosos y ha tratado de construir y operar redes inalámbricas de voz y datos.

``Si ha comenzado a funcionar en cualquiera de sus mercados, todavía no ha tenido impacto alguno'', expresó Laura Holland, directora de investigaciones en el campo de las telecomunicaciones de la consultora privada Business Monitor International. ``Hasta donde sabemos, Xinwei no tiene experiencia como operadora de telecomunicaciones comerciales''.

El gobierno nicaragüense no ha suministrado detalles de su licitación para un nuevo servicio inalámbrico de voz y para un sistema de banda ancha, pero el precio inicial para las concesiones fue de 90 millones de dólares, de acuerdo con un ejecutivo de uno de los competidores de Xinwei que habló a condición de no ser identificado por temor a perjudicar sus relaciones con el gobierno nicaragüense. Wang pagó solo 20 millones de dólares en enero luego de que tres de los principales proveedores de servicios celulares de la región --Claro, Movistar y el Instituto Costarricense de Electricidad-- desistieron de hacer ofertas luego de expresar un interés inicial, según el ejecutivo.

Los rivales políticos de Ortega sostienen que Xinwei resultó el único licitador porque el gobierno nicaragüense fijó requisitos hechos a la medida de la empresa china, que era la única que podía satisfacerlos. Xinwei no respondió a preguntas escritas sobre su trabajo en Nicaragua.

``Definitivamente que esa licitación no fue de lo más transparente, estaba cortada a la medida para que ganara Xinwei y a estas alturas no vemos que haya algo que justifique la falta de inversión'', dijo el ex contralor de Nicaragua y ex diputado independiente Agustín Jarquín.

Orlando José Castillo, director del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos, aseguró que la red llegaría este mes y dijo que se había demorado por la necesidad de construir antenas e instalar otros equipos. Pero no hay indicios de que Xinwei los haya instalado, esté tratando de vender equipo o haya hecho progreso alguno con miras al lanzamiento de una red nacional.

Xinwei dijo que ``tiene un equipo trabajando en la planificación y construcción de una red'' en Nicaragua y aseguró que proyectos en Rusia, Ucrania y Camboya ``marchan muy bien''.

Pero en otros lugares la empresa parece tener una cantidad de problemas para hacer realidad sus promesas.

En Ucrania, Xinwei dice que firmó el año pasado un acuerdo por mil millones de dólares con un proveedor local para construir redes de telecomunicaciones públicas y privadas en todo el país.

Analistas afirman que no hay indicios de que proyecto alguno vinculado con Xinwei esté a punto de hacerse realidad. En Rusia, Xinwei sostiene que firmó en el 2011 un acuerdo para construir redes por valor de 4.000 millones de dólares. La firma china le dijo a la AP que había puesto en marcha una ``primera fase de inversiones'' en Rusia y completado la primera fase de la financiación del proyecto en Ucrania.

``Sin duda no es una empresa importante en Rusia'', declaró Anna Lepeutkhina, analista de telecomunicaciones del banco de inversiones de Moscú Sberbank CIB. ``Nadie ha escrito o hablado de ellos''.

En Camboya, la empresa debía lanzar este mes una red 4G, pero su oficina local dijo la semana pasada que el lanzamiento se había demorado por razones no especificadas. Del mismo modo, las autoridades panameñas dicen que un proyecto que según Xinwei permitiría la ``digitalización del gobierno y del Canal de Panamá'' nunca pasó de la fase de ensayos. Xinwei le dijo a la AP que su equipo estaba operando en la capital camboyana y que se estaba construyendo una red nacional. En Panamá, la empresa dijo que se estaba ampliando un pequeño proyecto inicial en un puerto.

En Camerún, Xinwei afirma que su equipo está siendo usado en la red móvil de banda ancha más grande del país. Pero un funcionario del ministerio de telecomunicaciones camerunés declaró a la AP que el socio local de Xinwei había hecho una serie de afirmaciones falsas sobre la velocidad de descarga y el tamaño de la red. Y en la vecina Gabón, donde Xinwei afirma haber ayudado a que una empresa nueva se convirtiese en la principal ``operadora de datos'' de la nación, la firma le dijo a la AP que había cambiado de vendedores luego de dos años porque necesitaba equipo más rápido que el que ofrece la firma china.

Xinwei le dijo a la AP que su socio de Camerún llegó a tener la mayor cantidad de usuarios y el mejor servicio del país y que en Gabón su socio fue perjudicado por la ``competencia desleal'' de firmas que rebajaron sus precios.

Muchos en Nicaragua creen que los antecedentes de Xinwei son un mal agüero para el canal, un viejo sueño de las empresas involucradas en el comercio mundial. El proyecto fue considerado varias veces por Estados Unidos en el siglo XIX, antes de que Washington decidiese invertir en un canal más corto en Panamá que es visto como uno de los grandes logros de la ingeniería. Wang y otros dicen que un canal nicaragüense podría admitir barcos más grandes que el panameño y beneficiarse del creciente comercio entre Asia y Estados Unidos, que pronto desbordará las capacidades del actual canal.

``No podemos creer que se va a construir un canal interoceánico por esta empresa, cuando a estas alturas no ha puesto ni una sola línea telefónica ni ha hecho nada de lo que anunció. Todo es mentira'', dijo recientemente el diputado opositor Eliseo Núñez

  No obstante, en junio, el gobierno sandinista promulgó en poco tiempo una ley que le daba a Wang una concesión por un siglo para construir y administrar el canal, sin una licitación pública y con menos de una semana de debate en el congreso. Wang recibió la luz verde a cambio de 10 millones de dólares al año cuando el canal empiece a funcionar, más una participación de un 1% que sube un 10% con cada década que pase. Esa es una ganancia mucho menor que la que ofrecen muchas empresas privadas por el derecho a realizar grandes proyectos en otras naciones en desarrollo, de acuerdo con Noel Maurer, profesor de la Business School de Harvard que estudia los manejos de las empresas en países inestables, sobre todo en América Latina.

``Es un negocio terrible para Nicaragua'', aseguró Maurer, autor del libro del 2010 ``La gran zanja: Cómo Estados Unidos tomó el control, construyó, administró y finalmente cedió el Canal de Panamá'' (The Big Ditch: How America Took, Built, Ran, and Ultimately Gave Away the Panama Canal).

Las autoridades nicaragüenses justifican todo lo actuado y dicen que las empresas chinas están involucradas en algunos de los proyectos de construcción más ambiciosos del mundo.

``Quienes tienen dudas, se oponen al proyecto por razones políticas'', expresó hace poco Manuel Coronel, viceministro de Relaciones Exteriores.

Expertos del exterior dicen que dudan que inversionistas privados presten el dinero necesario para la construcción del canal.

Bob Prieto, vicepresidente senior y experto en grandes proyectos de infraestructura de Fluor, una de las firmas de ingeniería y construcción más grandes del mundo, calculó que el proyecto tendría que generar mil millones de dólares al año para resultar rentable, según un costo estimado de 40.000 millones de dólares.

Para ello, el canal nicaragüense tendría que tener al menos la mitad de tráfico que el Canal de Panamá, que es más corto.

``Es mucho pedir'', opinó Prieto. ``Si estos costos son reales, las cifras no cuadran''.



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