Chinos no creyeron la historia

Los familiares de los pasajeros chinos que viajaban en el aviÃ³n desaparecido de Malaysia Airlines marcharon hacia la Embajada de Malasia, furiosos de que Kuala Lumpur haya

Miércoles 26 de marzo de 2014 02:21 AM

Beijing /AP /

Los familiares de los pasajeros chinos que viajaban en el aviÃ³n desaparecido de Malaysia Airlines marcharon hacia la Embajada de Malasia, furiosos de que Kuala Lumpur haya declarado muertos a sus seres queridos al afirmar que la aeronave se desplomÃ³ en un accidente, sin tener evidencia fÃsica alguna.

Al llegar a la sede diplomÃ¡tica, los manifestantes lanzaron botellas de agua contra el edificio y trataron de abrir la puerta mientras gritaban âÂ¡Mentirosos!â.

El Gobierno chino, por su parte, exigiÃ³ que Malasia revele los datos de satÃ©lite que utilizÃ³ para concluir que el vuelo 370 de Malaysia Airlines se hundiÃ³ en el sur del ocÃ©ano Ãndico sin dejar sobrevivientes, despuÃ©s de abandonar su trayectoria de vuelo, de Kuala Lumpur a Beijing el 8 de marzo.

Entre las 239 personas a bordo, 153 eran ciudadanos chinos, por lo que el incidente es muy significativo para toda China. La exigencia de Beijing refleja el deseo de los parientes de los pasajeros chinos de obtener informaciÃ³n mÃ¡s concluyente sobre la suerte del aviÃ³n.

Cerca de 100 familiares y simpatizantes marcharon a la embajada ayer, vestidos con camisetas blancas que decÃan: âOremos por el MH370â, mientras sostenÃan pancartas y corearon lemas durante unas tres horas.

âÂ¡Digan la verdad! Â¡Devuelvan a nuestros familiares!â, fue uno de las consignas que corearon. Hubo una fuerte presencia policial alrededor de la embajada, asÃ como una breve refriega cuando algunos familiares trataron de cruzar el cerco policial para hablar con los periodistas, pero no hubo intentos por disolver la manifestaciÃ³n.

El grupo presentÃ³ una carta de protesta en la embajada antes de partir en varios autobuses.

Muchos de los familiares sostienen que no se les estÃ¡ diciendo toda la verdad, un estado de Ã¡nimo comÃºn entre los chinos, acostumbrados a tratar con ese tipo de autoridades opacas, en un estado comunista unipartidista.