Espionaje ‘económico’ de EE.UU.
Las denuncias brasileñas de que el espionaje de EE.UU. tiene “motivaciones económicas” resultan “inauditas, graves y dañan la confianza” comercial entre la potencia del Norte y América
Las denuncias brasileñas de que el espionaje de EE.UU. tiene “motivaciones económicas” resultan “inauditas, graves y dañan la confianza” comercial entre la potencia del Norte y América Latina, dijeron analistas.
Brasil elevó ayer el tono ante el gobierno del presidente estadounidense, Barack Obama, quien afronta un difícil momento interno y externo, para exigirle, al igual que a sus aliados occidentales, que cesen el espionaje contra el gigante suramericano, sexta economía mundial.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, quien ya canceló una vista de Estado a Washington en protesta por las prácticas de los servicios secretos estadounidenses, señaló que el espionaje contra su país se ha extendido desde funcionarios del Gobierno, incluida ella, y personas particulares hasta las empresas privadas.
Rousseff dijo que “todo indica” que los datos secretos recabados en Brasil están a disposición de los Gobiernos de EE.UU., Canadá, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda y de “miles de empresas” de estas cinco naciones, lo que consideró “inadmisible” entre países que pretenden ser socios comerciales.
“Si se comprueban estas denuncias, estaríamos ante un escenario inaudito y muy grave para el clima de confianza que se necesita a fin de operar los acuerdos de libre comercio entre Estados Unidos y América Latina”, dijo el analista colombiano Gonzalo Palau, profesor de economía de la Universidad del Rosario de Bogotá.
“Aunque Obama afronta una situación crítica en su país y el exterior, debe hacer un esfuerzo urgente para recomponer las relaciones con Latinoamérica y dar seguridades de que las prácticas de espionaje industrial que se denuncian obedecen a personas o empresas aisladas, y no a una política de Estado”, señaló Palau.
Rousseff aseguró que el esquema de espionaje se ha centrado en sectores estratégicos, como el minero y petrolero, renglones comunes a otros países de América Latina, una región exportadora de materias primas y recursos minero-energéticos, principalmente.