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Guatemala afianza su democracia a través del sufragio

Guatemala busca consolidar hoy su reciente democracia acudiendo a las urnas para elegir a un nuevo Gobierno que logre sacar de la pobreza a más de la mitad de su población.

Por: EFE -

Guatemala busca consolidar hoy su reciente democracia acudiendo a las urnas para elegir a un nuevo Gobierno que logre sacar de la pobreza a más de la mitad de su población, que acabe con la corrupción y que reduzca la violencia, que se cobra un promedio de 15 vidas diarias. Estas son las octavas votaciones a las que los guatemaltecos acuden "con libertad" y confiados en la "transparencia" del proceso desde 1985, cuando se inició la nueva era democrática tras una violenta racha de gobiernos militares que impusieron en la Presidencia a generales por medio de fraudes y golpes de Estado. No obstante, la participación es escasa hasta el momento, tal y como pudo constatar Efe y como aseguraron algunos coordinadores de las Juntas de los centros de votación. Augusto Quezada es uno de esos hombres que no acudirá este domingo a las urnas. Su descontento con la clase política es "descomunal" y ninguno de los dos candidatos a gobernar el país "llena" sus expectativas. Los votantes guatemaltecos deben elegir este domingo entre la vieja política, representada por la ex primera dama Sandra Torres, de Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), y la nueva, encarnada en el comediante de creencia evangélica Jimmy Morales, de Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación). Quezada, de 25 años, destacó la necesidad de involucrarse en política para cambiar el país pero apuntó que, "lastimosamente", los políticos engañan una y otra vez a los ciudadanos, y al final ninguno "cambia" Guatemala. Este joven lamentó que la democracia de los últimos años no ha sido suficiente para sacar de la pobreza a los más de siete millones de guatemaltecos que "no tienen trabajo ni dinero para darles de comer a sus hijos" ni para detener "a los desgraciados que andan matando y robando sin miedo a nada". "Para mí el cambio es cosa de todos y si no lo hacemos no podemos alegar. Si quieren un cambio que se involucren, no va a caer del cielo. El cambio es de los 15 millones de guatemaltecos que hay en el país", proclamó enérgico. Reducir los niveles de violencia, mejorar los índices de educación, acabar con la corrupción y reducir los tremendos índices de pobreza son los principales retos del próximo Gobierno. Según la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) de Guatemala, entre 1980 y 2013 el país centroamericano avanzó de 0.445 a 0.628 puntos en el Índice de Desarrollo Humano (IDH), en el que el país sigue ocupando el puesto 133 a nivel mundial. En la nación centroamericana, con más de 15 millones de habitantes, la pobreza afecta al 53,71 %, y de estos un 13,33 % vive en extrema pobreza. Para convencer a los electores, los dos candidatos a la Presidencia han expuesto durante el último mes su programa de Gobierno. Torres ha prometido gobernar para los pobres y ha asegurado que recuperará los programas sociales que impulsó cuando era primera dama de la nación, durante el Gobierno de su exesposo Álvaro Colom (2008-2012) y que ello le permitirá reducir la pobreza 1,5 puntos por año. Por su parte, Morales se ha comprometido a reducir la desnutrición crónica y aguda con una alianza "gobierno, maestro, padre de familia y empresa, a través de su responsabilidad social-empresarial". Recientemente, la ONU y la Procuraduría de los Derechos Humanos de Guatemala dijeron que la nación centroamericana es el país de América Latina y el Caribe con "el mayor índice de desnutrición crónica infantil", un padecimiento que alcanza a uno de cada dos menores de cinco años. Según datos del Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo 2015, en Guatemala hay alrededor de 2,2 millones de personas que no pueden cumplir con sus necesidades de alimentación. "Todos ofrecen el cielo y la tierra cuando están en campaña, pero al llegar al poder se olvidan del pueblo y se dedican a robar", dijo a Efe Juana González, una vendedora de refrescos de 48 años, que buscaba clientes en las afueras de un centro de votación de la capital y confesó que no sufragaría "porque no vale la pena". A pesar de la apatía generalizada y de la desconfianza política, Torres o Morales se convertirán en el décimo presidente de la era democrática, incluyendo a dos nombrados por el Congreso de la República: Ramiro de León Carpio, en 1993 tras el autogolpe de Jorge Serrano Elías, y Alejandro Maldonado, tras aceptar la renuncia de Otto Pérez Molina el pasado 3 de septiembre por corrupción.


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